LOS CORTES DE LUZ ME ENFRENTAN AL TIPO QUE MÁS ME METE MIEDO
Cuando yo nací a medidos del siglo XX, había radio en AM, claro no había televisión, peor aún la hiper comunicación, ni los dispositivos móviles, soy del tiempo de la radio AM, del telégrafo, del periódico del lápiz y el esfero y de la máquina de escribir.
Sin embargo, había energía eléctrica, al menos no recuerdo cortes tan largos o uso frecuente de velas, es decir nací acompañado con el sonido y la música de las radios la Rumichaca, la Ondas Carchenses, la Todelar, la Cultural Bolívar y las Lajas.
Enseguida de los canales colombianos, en blanco y negro, luego la televisión a color de los canales ecuatorianos.
Con el tiempo llegó el internet y con él la hiper comunicación, que nos conectó 24-7 de forma permanente, de manera que los cortes de energía eléctrica de 14 horas, me ha dejado incomunicado, en silencio y en shock.
El celular muerto, la casa en silencio, el barrio en penumbra, la calle taciturna, con sus negocios en la semisombra y los restaurantes llenos de humo, mientras tratan de atender a verdaderos ríos de personas que salen a buscar una alternativa de alimentación.