Jorge Mora Varela presenta una página del realismo mágico carchense.
DEBIÓ HABER NACIDO 70 AÑOS DESPUÉS
Visto desde lejos, podría parecer extraño o una manera sutil de lo tétrico, pero es que en este pueblo era una actividad natural y frecuente.
Una tarde paseábamos con mi viejo amigo por las callejuelas y senderos del cementerio Azaél Franco de la Ciudad de Tulcán y mientras caminábamos con parsimonia resultaba curioso leer el año de nacimiento y de la muerte que estaban escritas en las lápidas.
Algunas databan del inicio y terminaban en los albores de del siglo XX, los nombres y apellidos de hombres y mujeres daban una idea de quienes habían construido su vida en esta fría empalizada al norte de la ecuatorianidad que testimoniaba un lazo estrecho con la colombianidad.
Un nicho alto sin apenas el cuidado de nadie refería nombres y apellidos comunes y databa (1940-1957).
Mira le dije, la persona que está enterrada allí murió a los 17 años y mi amigo sin apenas alzar la voz dijo: Ese muchacho debió haber nacido 70 años después.