LA FIESTA DE LA VIDA

LA FIESTA DE LA VIDA

Una versión libre, muy libre.

Gabriel Cuesta M.

Nota previa: este relato está recogido de los vetustos archivos de la memoria neuronal del autor. Hace como 56 años disfrutó de un cortometraje basado en un cuento para la época navideña que le llegó muy adentro. Esta es una versión libre, muy libre.

Gabriel Cuesta 1

A Luisa con todo cariño.

En una zona montañosa de paisajes esplendorosos se asentaba un pueblito pintoresco de gente sencilla, amable, solidaria, sin lujos; recia para soportar los crudos inviernos de fin de cada año.

La memoria de los viejos

La memoria de los viejos

Cortejo FunebreEl cortejo fúnebre cubre más de dos cuadras, un grupo de personas siguen a paso coordinado el féretro, qué, cobijado con un poncho azul, va en hombros de los varones de la familia, algunos amigos y parientes que se turnan para llevar al difundo al campo santo.

Manuel Mesías, el padre, abuelo y suegro, de muchos de los que van llorando su partida, fue un buen hombre: jardinero de profesión, amante de su familia, buen bailarín, pagador de sus deudas y que a sus setenta y nueve años partió a mejor vida por causa de una gripe, sí, una simple gripe que lo llevó a quedarse sin voz y sin aliento.

El viejo solía contar a sus nietos sus recuerdos con tal claridad, como si fueran aventuras. Cerca del fogón de leña, sentado en la silla de madera, que parecía tener más años que él, colocaba al menor de sus nietos en sus piernas y empezaba la historia:

LAS MONTAÑAS ATLAS EN MARRUECOS PARECEN HABER INSPIRADO A ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY

“EL PRINCIPITO”, un libro de palpitante actualidad y que tuve el placer de volver a leer, luego de mirar y caminar por el mundo que pudo haberlo inspirado.

 

LAS MONTAÑAS ATLAS EN MARRUECOS PARECEN HABER INSPIRADO A ANTOINE DE SAINT EXUPÉRY

 Jorge ElPrincipito

Marruecos con toda su magia y misterio milenario, sugiere haber ocupado un lugar especial en la vida del aviador nacido en Lyon Francia en el 1900, allí fue donde tuvo sus primeras experiencias en el inmenso desierto del Sahara, recorrió la cordillera del Atlas y donde al parecer allí encontró su vocación de escritor y cuando recorres esos lugares ardientes, secos, difíciles y hermosos puede imaginar al piloto francés que construyó el único mundo posible para “El Principito”.

Una aventura en el mundo de “Las mil y una noches”

Una aventura en el mundo de “Las mil y una noches”

ألف ليلة وليلة

Una tarde se sábado, mientras llovía, había que hacer una limpieza profunda en el rincón dónde por muchísimos años nadie había movido nada.

La biblioteca de casa, donde permanecían apilados y empolvados los libros que prometimos leer y que jamás lo hicimos.

 Marocco 10

Entre tantos parecía esperarme el primer libro que leí en mi vida, cuando niño: “Las mil y una noches”

Las aventuras de Scherezada y sus historias que se prolongaron a lo largo de mil y una noches y terminaron por cautivar al monarca y a mí, con el poder de su palabra y el encanto de sus cuentos.

Al costado derecho del librero estaba una pequeña lámpara de aceite que no recuerdo haber tenido jamás.

Marocco 09

El pequeño artefacto metálico era hermoso y merecía la pena limpiarlo y hacerlo brillar, para lucirlo en casa.

Marocco 06

Mientras limpiaba la lámpara arreciaba la lluvia acompañada de rayos y centellas.

Marocco 07

Y al igual que el cuento, de pronto al frotarla se materializó una figura humana que atemorizaba por su físico y su voz.

Llegué a pensar que esto debía ser parte de un sueño, una pesadilla, así que pellizqué mis brazos y sentí un dolor intenso.

Jajajaja… Te dolió verdad - dijo el genio de la lámpara.

Y continuó: Sabía que llegaría este día, así que te voy a llevar a mi mundo y vivirás las patrañas que le ha dicho Scherezada a mi Sultán para que no la asesine.

Y dicho y hecho, como si nos hubiese envuelto un remolino, entramos en una espiral y de pronto caminábamos por las calles angostas de una vieja Medina en el mundo del Magreb.

Marocco 01

Entre palacios y callejuelas, entre la opulencia y la pobreza, entre la nobleza y el pueblo como en cualquier parte del mundo, pero a la manera del mundo árabe.

Marocco 15

No sabía dónde estábamos, pero era evidente que estábamos en alguna parte del mundo árabe, por la vestimenta de su gente, sobre todo de las mujeres.

Marocco 03

De pronto en el intrincado laberinto de callejuelas estrechas por dónde caminábamos, mi compañera de vida desapareció y a nadie parecía importarle mis súplicas de ayuda, me encontraba en un mundo dónde a nadie conocía, ni entendía lo que hablaban.

Marocco 02

En medio del tumulto pude identificar a una persona que hablaba en español, mientras que por teléfono parecía hablar en árabe.

El hombre solo decía en voz alta y de forma agresiva:

  • ¿De qué rescate me habla, si mi esposa está junto a mí?
  • Le repito que mi esposa está a mi lado.
  • Escucha le dije, mientras le tocaba el hombro, tu esposa está contigo, pero la mía no está.
  • Mirá, creo que se equivocaron.
  • Pero no es mi problema, aseveró.

Y continuaron con su camino.

Sintiéndome incapaz de hacerme entender, de pedir ayuda y cuando la desesperación y el pánico me ganaba la batalla.

Solo se me ocurrió utilizar la aplicación instalada en mi móvil: “Speak & Translate”, explicar mi situación y buscar a algún agente del orden para mostrarle la traducción.

Marocco 05

Así lo hice.

Llamé la atención a alguien que me parecía una autoridad de la policía y le mostré el texto.

Me miró con cierta indiferencia y leyó la traducción de “mala gana”

Luego me miró y empezó a hablar, de lo cual no entendía nada.

Al mirar mi incapacidad de comunicarme, hablo por su teléfono con alguien y con su mano me indicaba que espere.

Jajajaja….. jajajajaja… jajajaja…

Reía el tipo.

Y no paraba de hacerlo.

Llamó un auto y me dijo: 3.000 Dirham

Go, go…

Más o menos significaban 300 dólares.

Subí a un vehículo 4x4 y el conductor me levaba de forma rauda, por una carretera pavimentada, luego salió a una ruta pedregosa y polvorienta, al final se movía por las dunas de arena del desierto.

Luego de algo como una hora de camino se detuvo junto a unos beduinos y sus “dromedarios”

  • 1.000 Dirham

El extraño y hermoso animal del desierto se inclinó para que subiera, así lo hice y empezó a caminar rumbo a alguna parte o a ninguna parte.

Jorge Marrueco

 

Así por un par de horas.

Así cuando moría la tarde, en la cima de una gran duna, pude divisar a mi compañera.

 Salté del enorme dromedario y corría a su encuentro.

Luego los dos subimos a nuestro exótico medio de transporte y nos dejamos llevar por el camino que nos devolvería a nuestro hogar.

 Marocco 11

FIN

 

Imagenes propiedad de Jorge Mora Varela

El tierno milagro tras en el concurso de Arte infantil "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS"

Desde el “realismo mágico carchense” Jorge Mora Varela presenta la tierna historia de un niño que reencontró la felicidad.

 

El tierno milagro tras en el concurso de Arte infantil "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS"

 

Dedicado a Bruno Narváez Pazos, Luis Rosero Mora, Edgar Flores Pazos y todos los artístas plásticos de mi pueblo.

 

En la Vigésima edición del concurso de Arte infantil de la CCE Núcleo Carchi por la Paleta de Oro 2025 "BRUNO RAMIRO NARVÁEZ PAZOS", el “Hermano Páramo”, pasó un hecho discreto, significativo, inexplicable y feliz.

Había un pequeño concursante que, por los avatares de la vida, había quedado solo; la prematura muerte de sus padres y al ser un hijo único había hecho que la existente de este pequeño tenía los más grises augurios.

Pero la iniciativa de la CCE Núcleo del Carchi, llamó su atención y sin tener idea del arte del dibujo en la soledad de su habitación empezó a garabatear imágenes que evocaban sus tiempos felices en el páramo del Ángel y en las faldas del Chiles, cuando paseaban con sus padres y sus amigos.

Una noche luego de dibujar unos trazos sin mucha gracia, se metió en entre las cobijas de su cama y mientras miraba sus garabatos empezó a quedarse dormido, de repente y en medio de un sobresalto observó que detrás de los arboles pintados por él en su cuadro, alguien que lo llamaba, mientras le sonreía.

Nuestro amigo se levantó con el temor de no saber si era real lo que parecía moverse en el interior de su pintura, con recelo se acercó y era real lo que miró desde su cama. Uno de sus dibujos le sonreía y lo llamaba.

Cuando estuvo cerca del lienzo, el dibujo estiró su mano hasta tocar a nuestro amigo y lo invitó a seguirlo y así lo hizo, nuestro amigo saltó al interior de su cuadro y empezó a jugar por los lugares que él mismo había dibujado, corrió, saltó, rió y luego de sentarse sobre una piedra salió de su cuadro y fue a su cama a descansar con una gran sonrisa en su rostro.