EN SINTONÍA CON EL PAPA FRANCISCO

EN SINTONÍA CON EL PAPA FRANCISCO:
CONSTRUYENDO FRATERNIDAD EN EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

Jaime Humberto Mora Varela

Introducción

Jaime Mora VarelaLa Iglesia ya declaraba, en la década de los sesenta del siglo XX, que «no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana que la de dialogar con ella acerca de [los problemas que le angustian], aclarárselos a la luz del Evangelio y poner [a su disposición] el poder salvador […] recibido de su Fundador» (Vaticano II, 1965, Gaudium et spes, n. 3). A inicios del siglo XXI, frente a la degradación ambiental y deterioro de la calidad de la vida humana, invita a dialogar sobre “el cuidado de la casa común” y reflexionar sobre “la fraternidad y amistad social” que es preciso construir. Esta invitación, dirigida a la propia comunidad cristiana y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, la realiza el papa Francisco, respectivamente, a través de dos encíclicas sociales: Laudato si’ (2015) y Fratelli tutti (2020), retomadas y complementadas con renovada urgencia por dos exhortaciones apostólicas: Querida Amazonia (2020) y Laudate Deum (2023), respecto a la primera, y la declaración Dignitas infinita sobre la dignidad humana (2024), del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, respecto a la segunda.

El trabajo presenta un resumen de ambas encíclicas complementadas con los otros documentos mencionados. Metodológicamente sigue los tres momentos clave que las articula: ver la realidad, iluminarla y actuar, precedidas y seguidas por una doble invitación: la primera, a dialogar sobre el modo en que estamos construyendo el futuro del planeta y a reflexionar sobre la fraternidad universal y la amistad social; y, la segunda, a orar juntos por estos propósitos, con quienes compartan una mirada creyente.

La mirada de Jorge Mora Varela a la guerra de la triple alianza contra el Paraguay (1864 - 1870)

Yo vengo de la tierra de los ríos estrechos, cortos, discretos, por esta razón cuando pude mirar desde la orilla y desde el aire el Paraná, el Rio de la Plata, el delta de la Plata, el enjambre de ríos gigantes y majestuosos como los que constituyen las tierras donde confluyen alrededor del Paraguay, La Argentina, el Brasil y el Uruguay en Entre Ríos, Iguazú, en Misiones, solo ahí y así puede imaginar y dimensionar:

La mirada de Jorge Mora Varela a la guerra de la triple alianza contra el Paraguay (1864 - 1870)

 

 La guerra de la triple alianza

Un espacio para las bajas pasiones

Como sucede en muchísimas partes del mundo, desde el inicio de la historia, cuando ésta es contada por los vencedores o los interesados manipuladores, solo puedo decir que la historia es una herramienta de manipulación y en este caso podemos afirmar que la América no conoce la historia del Paraguay, sino la versión contada por sus enemigos.

Luego de leer y releer, e intentar desenmarañar una historia confusa y contradictoria al ser contada desde diferentes intereses y puntos de vista, para tratar de justificar y justificarse.

Puedo contar que:

La guerra de la Triple Alianza o guerra del Paraguay entre 1864 y 1870,​ fue el conflicto militar en el cual una coalición formada por el Imperio del Brasil, Uruguay y​ Argentina​― lucharon contra Paraguay.​

Existen al menos dos teorías contradictorias respecto de los detonantes de la guerra; en esencia, el revisionismo argentino y la visión tradicional paraguaya atribuyen un papel preponderante a los intereses comerciales y financieros del Imperio británico, a la ambición de los brasileros y al sometimiento reverente y hasta vergonzante y el darles rienda suelta a las bajas pasiones humanas de algunas de las autoridades de los argentinos y de los brasileros.

Paraguay 03

En cambio, la historiografía oficial escrita por los brasileros, argentinos y uruguayos en menos medida, ponen el acento en su inocencia y en la agresiva política del presidente paraguayo Francisco Solano López respecto de los asuntos rioplatenses.​

Lo cierto es que, en octubre de 1864, las tropas brasileñas invadieron territorio uruguayo dividido entre los “blancos” y los “colorados”,

El conflicto se desencadenó a fines de ese año, cuando el mariscal Solano López, presidente paraguayo, decidió acudir en ayuda del gobierno ejercido por el Partido Blanco del Uruguay, para auxiliar en la defensa de la ciudad uruguaya de Paysandú, en guerra civil contra el Partido Colorado, apoyado por la fuerza militar del Brasil. El presidente del Paraguay advirtió a los gobiernos de Brasil y la Argentina que consideraría cualquier agresión al Uruguay “como atentatorio del equilibrio de los Estados del Plata”.

El Presidente paraguayo Solano López solicitó autorización al presidente argentino Bartolomé Mitre para atravesar su territorio rumbo al Uruguay con sus tropas, pero la solicitud fue rechazada por este.

Pero, el gobierno argentino simpatizaba con el Partido Colorado del Uruguay. En respuesta, tropas paraguayas ocuparon la ciudad argentina de Corrientes en abril de 1865, forzando a la Argentina a entrar en la guerra, aliada con Brasil y el nuevo gobierno uruguayo. A partir de ese momento ya puede hablarse de «Guerra de la Triple Alianza».

La guerra terminó en 1870 algo más de cinco años después con una derrota de Paraguay, que conllevó un desastre demográfico en el país: según las distintas fuentes que no se ponen de acuerdo dicen que el Paraguay perdió entre el 50 % y el 85 % de su población y quizá más del 90 % de su población masculina adulta.​ Con casi medio millón de muertos, es la guerra más mortífera en la historia de Sudamérica.

Paraguay perdió gran parte de los territorios que consideraba suyos con Brasil, unos 334 126 km² y fue condenado a pagar una abultada indemnización de guerra, como en cualquier conflicto de la América mestiza.

Antecedentes

Conflictos limítrofes del Paraguay

Al inicio de la colonización española en América del Sur durante los siglos XVI y XVII, la gobernación del Paraguay tenía directa salida al océano Atlántico a través de los territorios que corresponden ahora a los estados brasileños de Paraná y Santa Catarina. Pero la conquista de los portugueses en los territorios de lo que hoy es el Brasil iniciaron conflictos entre ambos territorios (1580-1640), aupados por el tratado de Tordesillas emitido por el Papa Alejandro VI (el Borgia), que marcaba el mundo conocido en dos partes, el Este para Portugal y el Oeste para España.

Conflictos territoriales hacia 1864 en la región del río de la Plata.

Las expediciones esclavistas de bandeirantes y mamelucos lusobrasileños arrasaron con sus incursiones―ante la pasividad de las autoridades españolas. Las zonas de Guayrá y La Vera, alcanzando también el curso alto del río Paraguay. Así fueron destruidas las ciudades de Ontiveros, Villa Rica del Espíritu Santo, Ciudad Real del Guayrá y Santiago de Jerez, y las reducciones jesuíticas de San Ignacio, Nuestra Señora de Loreto, Santa María del Iguazú y las de Mirandas.​

Tras el final de las incursiones, a mediados del siglo XVII, las fronteras siguieron indefinidas hasta el Tratado de Madrid, firmado por ambas coronas en 1750. No obstante, los nombres utilizados por el tratado no correspondían a accidentes geográficos definidos, de modo que las autoridades coloniales portuguesas y españolas continuaban teniendo conflictos de límites.

De eso sabemos muchísimo los ecuatorianos, peruanos bolivianos, colombianos, brasileros y un larguísimo etcétera.

Al producirse en 1811 la independencia de la República del Paraguay, el conflicto de límites se pasó de los imperios Español o Portugués a los Paraguay y al Brasil.

Tras la independencia del Paraguay, volvieron a producirse incursiones lusobrasileñas hacia el nuevo estado. Sin embargo, durante el gobierno paraguayo de José Gaspar Rodríguez de Francia el Paraguay y por el otro, la negativa del gobernador del Rio de la Plata (Argentina) Juan Manuel de Rosas a reconocer la independencia paraguaya y su derecho a comerciar a través del río Paraná.

En el período siguiente a la independencia de América, Paraguay fue gobernado por Gaspar Rodríguez de Francia, intelectual paraguayo, una de las personas más ilustradas de América del Sur.​

A la muerte de Rodríguez de Francia, le sucedió su sobrino Carlos Antonio López, quien aplicó una política económica modernizadora guiada por conceptos mercantilistas, integradoras, y fomentó el desarrollo de Paraguay que exportaba sus productos como el tabaco guaraní y la yerba mate con destino a la Argentina y el Uruguay, y maderas valiosas que viajaban hacia Europa.​

El Estado paraguayo instaló en Asunción una línea ferroviaria como las que había en Guyana, Brasil, Perú y Chile,​ además de un arsenal y astilleros desde donde botó siete barcos de vapor entre 1856 y 1870. En la ciudad de Ybycuí, construyó la primera fundición de hierro de Sudamérica. En 1864, inauguraría uno de los primeros telégrafos de la región.

Algunos británicos alababan el sistema educativo paraguayo, sostenían que “había en enorme contraste con el británico, por la educación obligatoria gratuita para todos los jóvenes paraguayos, diferente a lo que ocurría con los casi 2 millones de jóvenes británicos sin acceso a las escuelas o colegios”.​

Se sostiene por parte de los revisionistas que los éxitos de la política interna paraguaya causaron recelo y fueron vistos como “malos ejemplos” y que los poderes extranjeros (los masones) quisieron suprimir.

Una versión más sosegada del asunto señalan que el pueblo paraguayo seguía a sus líderes, no se consideraba a sí mismo «tiranizados» y que el desarrollo económico del país que era sustentado por las exportaciones de ciertos productos naturales de alto precio en Europa, como yerba o maderas, si bien no tenía nada que envidiar en avances tecnológicos a naciones de otras latitudes, se destacaba más por la autarquía y la autosuficiencia en alimentos y materias primas que caracterizaba a la economía paraguaya y la diferenciaba de la del resto del continente.

El presidente Paraguayo Carlos Antonio López redactó un pliego constitucional con el cual designaba a su hijo, el brigadier Francisco Solano López, presidente provisorio, siendo obligatoria la convocatoria de una Asamblea Constituyente para la formación de un nuevo gabinete. Tras la muerte del presidente en 1862, el Congreso se reunió para elegir al sucesor; el 16 de octubre, designó a Francisco Solano López Presidente de la República del Paraguay por unanimidad.

Hasta 1864, el estado paraguayo intentó incrementar su poderío militar porque creía estar al borde de un conflicto, y entre febrero y abril de 1862 se inició el reclutamiento de toda la población masculina entre los 17 y los 40 años.

Si bien el comercio y las finanzas británicas se vieron beneficiadas con la guerra, el Reino Unido se oponía a la misma porque todo conflicto militar perjudica el comercio internacional, además de ser Paraguay un excelente cliente de industrias completas, para las cuales contrató más de 200 ingenieros y técnicos británicos que estuvieron en el país hasta casi el final de la guerra.

No obstante, está claro que desde el principio el ministro británico en Buenos Aires, apoyó la Triple Alianza. Estuvo presente en la firma del Tratado de las Puntas del Rosario del 18 de junio de 1864, por la cual el Brasil y la Argentina se aliaron al opositor uruguayo Venancio Flores contra el gobierno legal del Uruguay.

Según las corrientes revisionistas, el ejemplo de autonomía económica e ideológica del Paraguay era considerado nefasto por los británicos, quienes habrían fijado su atención en el Paraguay como productor de algodón para su industria textil. Esta industria atravesaba problemas de abastecimiento, debido a que la guerra de Secesión en Estados Unidos causaba una interrupción casi completa de las exportaciones de algodón desde ese país, de modo que los británicos buscaban por todo el mundo países capaces de producir algodón. A eso se debió una agresiva etapa de conquista de la India en esos años.

Otro factor es que el Reino Unido obtuvo un enorme beneficio económico de la contienda: a la provisión de la mayor parte del armamento, municiones y embarcaciones utilizado por los aliados, se sumaron grandes empréstitos a las tres naciones aliadas y al mismo Paraguay después de la guerra. En efecto, entre 1863 y 1865, los bancos británicos prestaron al Imperio del Brasil más de diez millones de libras esterlinas y a la Argentina un total de 3,5 millones de libras y un oprobioso interés del 75%.​

La situación en Uruguay

La invasión brasileña de 1864

En efecto, bajo pretexto de abigeato (robo de ganado), a inicios de 1864 el Imperio de Brasil conminó al presidente uruguayo a que efectuara resarcimientos al Brasil. El gobierno uruguayo respondió que, durante una guerra civil, no se podía garantizar la seguridad de las propiedades de nadie, ni de brasileños ni de uruguayos; y menos aún, cuando muchos de los propietarios brasileños y del norte del Uruguay habían tomado las armas.

Mientras tanto, el ejército Paraguayo fue en constante aumento: El presidente López había dejado movilizados alrededor de 7000 soldados, pero en mayo de 1864, se informaba que el ejército paraguayo contaba con 16 680 hombres, y entre 7000 u 8000 reservistas.

Hasta 1864 el sueldo nominal del soldado era de siete patacones al mes pagaderos cada dos, un tercio en metálico, otro en papel moneda y el restante en efectos. Iniciada la guerra el ejército dejó de percibir salario y solo hubo dos recompensas de un mes de sueldo. Se sufría una severa escasez de uniformes y ropa de invierno; gran parte de los soldados luchaban descalzos.

Brasil

El Brasil disponía, a fines de 1864, 18 000 soldados profesionales dispersos por todo el país; con una población de más de 9 millones de habitantes.

Tratado de la Triple Alianza

La declaración de guerra había sido ocultada por el presidente argentino Mitre unas semanas,​ a fin de alimentar la indignación por el ataque paraguayo "a traición”, y cohesionar a su alrededor a las provincias argentinas y a algunos caudillos ―como Justo José de Urquiza― que consideraban que ello sería una guerra fratricida entre Argentina y Paraguay.

Mitre arengaba: ...en veinticuatro horas a los cuarteles, en quince días en Corrientes, ¡en tres meses en Asunción!

Ocupación de Asunción

El día 5 de enero de 1869, fuerzas brasileñas y algunos pocos contingentes uruguayos entraron en la indefensa Asunción, donde apenas encontraron alguna resistencia. La ciudad fue saqueada y arrasada.

Consecuencias

Pérdidas territoriales del Paraguay

Al finalizar la guerra, Brasil obtuvo todos los territorios que deseaba y Paraguay quedó transformado en un estado satélite del Brasil,

Desastre demográfico

El resultado más terrible de esta guerra fue la masiva mortandad de la población paraguaya, en especial de varones. Las cifras de población paraguaya muerta por causas directas (acciones bélicas) e indirectas (hambre, estrés, epidemias como la del cólera) todavía son variables, pero todos los autores aceptan que la mortandad fue enorme.

Tan solo en 1867, los paraguayos tuvieron 60 000 muertos, viéndose obligados a movilizar un número similar de hombres, niños, ancianos y esclavos, y además a forzar a las mujeres a servir como auxiliares en la retaguardia.​

Pero el desastre demográfico del Paraguay se vio sensiblemente agravado por el virtual aniquilamiento de la población masculina en edad de reproducción: un gran porcentaje de los varones de entre 15 y 60 años de edad murieron directa o indirectamente a causa de la guerra.

Algunas fuentes estimaron que durante los años de posguerra quedó conformada una población compuesta aproximadamente por un 90 % de mujeres y tan solo una décima parte de varones, los cuales en su gran mayoría eran niños, preadolescentes, y ancianos sexagenarios y octogenarios, que no fueron convocados al conflicto bélico, o fueron eximidos de participar por ancianidad o discapacidad.

Otra fuente de pérdida de población para el Paraguay fue el destino de la mayor parte de los sobrevivientes del ejército paraguayo que caían en manos brasileñas ―en su mayoría niños y adolescentes― que diversos autores creen que fueron vendidos como esclavos a los cafetales paulistas.

Al final, la población paraguaya logró recuperarse gracias al concubinato (Relación marital de personas sin estar casadas). y a una poliginia de facto (Régimen familiar en el que el hombre tiene varias esposas al mismo tiempo), que se hizo recurrente en la sociedad.

Consecuencias económicas

Más allá de las razones políticas que incitaron a Mitre a participar en la guerra, el general estaba convencido de que tenía la obligación moral de introducir en el Paraguay las instituciones económicas liberales. En un discurso de 1869 afirmó que

Cuando nuestros guerreros vuelvan de su larga y gloriosa campaña… podrá el comercio ver inscritas en sus banderas los grandes principios que los apóstoles del libre cambio han proclamado para mayor gloria y felicidad de los hombres.

Al año del fin del conflicto, el Gobierno paraguayo se vio obligado a contraer su primer empréstito de los bancos británicos, endeudándose en 1,44 millones de £ (libras esterlinas), de las cuales llegaron al país solo 200 000.

El ferrocarril nacional y las nacientes industrias fueron destruidos, o intervenidos por compañías británicas. El propio brasileño Conde D'Eu supervisó la destrucción pieza por pieza de la fundición de Ibicuy, que fue posteriormente incendiada e inundada.

La producción agrícola fue puesta bajo su control a través de empresarios brasileños y fuerzas militares brasileñas, financiadas por estos y por los inversionistas británicos. Esta guerra condicionó el desarrollo ulterior de Paraguay.

Postura de Sudamérica frente al conflicto

En Sudamérica, el repudio a la Triple Alianza de Argentina, Brasil y Uruguay fue prácticamente unánime; sin embargo, salvo algunos infructuosos intentos de mediación por la paz, el Paraguay solamente recibió apoyo de tipo «moral» de los demás países hispanoamericanos.

Eustorgio Salgar, presidente de los Estados Unidos de Colombia, ofreció formalmente a los paraguayos que, si por efectos de la guerra Paraguay desapareciese, ellos tendrían en Colombia el estatus de colombianos.​

El 16 de septiembre de 1866, el presidente ecuatoriano Don Gabriel García Moreno, expresó su repudio a la «Triple Alianza» con las siguientes palabras:

«Dios protegerá a los valientes paraguayos que tan heroicamente defienden el suelo de su patria, y tal vez no está lejos el día en que los que se conjuraron para arruinar aquel país, reciban un escarmiento digno de su ambición y perfidia».​

Impacto en la literatura

El tesoro del presidente del Paraguay (1894) es una novela de Emilio Salgari. Narra las aventuras de dos marineros ficticios de la Armada Paraguaya durante la guerra. La novela muestra una visión favorable de Paraguay y de Francisco Solano López.​

La guerra de la Triple Alianza también está representada en la trilogía del escritor argentino Manuel Gálvez compuesta por Los caminos de la muerte, Humaitá y Jornadas de agonía.

 Paraguay 05

Paraguay 06

Y esa es la imagen que desde niño tengo del Paraguay: Cuna de guerreros, indomables, nobles y trabajadores.

 

Publicado en YouTube en: https://youtu.be/XtyX1NbkyMk

 

Muchas Gracias

La AGENDA CULTURAL DE QUITO y Luis Rosero Mora

La AGENDA CULTURAL DE QUITO y Luis Rosero Mora

La @agendaculturaldeQuito con la producción de Juan Sebastián Fuertes y Norberto Fuertes, descubren los inicios docentes y las motivaciones artísticas del artista plástico tulcaneño Luis Rosero Mora en el 1984, en la comunidad de Las Juntas en el Cantón Espejo de la Provincia del Carchi, a dos horas a lomo de caballo de la población de Gualchán en la escuela Fray Jodoco Ricke.

Esos tiempos difíciles, dónde se mide la motivación y la templanza del ser humano en un escenario lejano, desconocido pero lleno de miradas, esperanzas, necesidades y valores de personas abandonadas, pero dispuestas a extender sus manos y sus afectos.

Y allí Luis Rosero Mora, con su pintura, talento y don de gentes, se convierte en parte de la comunidad y al tiempo a admirar las bondades de la naturaleza, inicia con su aporte a la plástica y su contribución trascendente a la comunidad a la cual pudo servir y que ha marcado su trayectoria artística vinculada a la naturaleza, al servicio de la comunidad en un marco de fe que nos vuelve más humanos.

Video publicado en YouTube, en: https://www.youtube.com/watch?v=MVgVZhsMmJM

 

Jorge Mora Varela  

DIME LO QUE PIENSAS Y TE DIRÉ DÓNDE TE EDUCASTE Y QUE MEDIOS DE COMUNICACIÓN CONSUMES

DIME LO QUE PIENSAS Y TE DIRÉ DÓNDE TE EDUCASTE Y QUE MEDIOS DE COMUNICACIÓN CONSUMES

Cuando interactuamos con otros seres humanos con frecuencia y como una consecuencia natural desembocamos en: NO estamos de acuerdo sobre cualquier cosa desde las banalidades hasta los aspectos o las cosas más importantes.

Porque NO todos entendemos o interpretamos las cosas de la misma manera, entonces cada uno tiene una versión de lo que sabemos del mundo.

El investigador en intelectual mexicano Francisco Gil White, en una conferencia (al final del artículo les pongo el link), presenta dos gráficos esclarecedores.

Lo que pensamos que vemos

lo que sabemos del mundo 01

La insoportable realidad de haber vivido y de vivir a dos velocidades

La insoportable realidad de haber vivido y de vivir a dos velocidades

Jorge 2velocidadesEn los años de mi niñez y juventud, las chicas y los muchachos cantábamos en los estadios de mi pueblo en un ritmo musical de nuestros antepasados.

♫ “Si somos los campeones en el 65, lo seguiremos siendo hasta el año 2000” .

Es que el año 2000 era inalcanzable, lejano, utópico, no llegaba nunca, es más no iba a llegar o al menos así lo parecía.

 “Si somos los campeones en el 75, lo seguiremos siendo hasta el año 2000”

El siglo XX, era nuestro siglo, allí habíamos nacido y el señor cura repetía en las misas: Oremos por nuestro “Papa Pablo VI”, por nuestro obispo “Luis Clemente”.

    “Si somos los campeones en el 85, lo seguiremos siendo hasta el año 2000”

El siglo XX era eterno o al menos así lo parecía, leíamos el periódico, oíamos la radio en AM, la diversión la teníamos en las revistas que se alquilaban en las tiendas o en las funciones de los dos cines de la ciudad, las televisoras en su mayoría en blanco y negro tenían un puñado de canales que se contaban con los dedos de una mano.