DIOSITO, DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES POR FAVOR, NO ME ENCADENES A LA ENVIDIA

DIOSITO, DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES POR FAVOR, NO ME ENCADENES A LA ENVIDIA

Desde la entendedera popular presento un texto vacilón:

 

DIOSITO, DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES POR FAVOR, NO ME ENCADENES A LA ENVIDIA

No importaría si me dejas las pasiones de la lujuria, la gula y la pereza, porque siempre encontraré maneras creativas, placenteras y divertidas para lidiar con ellas.

¿Pero la envidia…?

De todas maneras, déjame la libertad para sortear y eludir con disimulo las pasiones de la soberbia y la avaricia, para que las ignore y las abandone el cualquier tacho de basura de cualquier esquina.

Pero por favor, no me encadenes a la envidia, porque envidiar a mí, me provoca dolor, ansiedad, enojo, rabia, depresión y una espantosa sensación de naufragio permanente e infinito.

Sabes que, es tan frustrante y duele tanto notar el “éxito” social, material, intelectual, físico, laboral, afectivo o familiar de los otros o de ese “h#%&%¿ta”... en particular.

Y es que la envidia, no es estática, es dinámica; porque esta maldición humana, nace, crece, envejece y muere con uno; es que me pudre hasta la médula, por ejemplo: la figura del otro, sus amigos, sus amores, su sonrisa, sus fotografías, sus viajes, sus músculos, hasta la manera como envejece este infeliz.

Y ni porque lo injurio, le invento, lo infamo, lo ridiculizo, lo minimizo o hasta finjo que lo ignoro a ese desgraciado, la envidia me enceguece, me obnubila, me enfurece, no se me apacigua, ni se aleja nunca de mí.

Por eso diosito te lo ruego, no me importaría que me dejes las pasiones de la lujuria, la gula y la pereza, porque siempre encontraré maneras creativas, placenteras y divertidas para lidiar con ellas.

Pero por favor, te lo ruego, no me encadenes a la envidia, porque vivir con ella, averguenza al pobre tipo que veo en el espejo y eso convierte mi vida en un infierno.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen tomada de: https://i.ytimg.com/vi/Ek-B3ePK8vk/hq720.jpg?sqp=-oaymwEhCK4FEIIDSFryq4qpAxMIARUAAAAAGAElAADIQj0AgKJD&rs=AOn4CLDPHAd3kZmlqC1VJkEvCadrpbwEIw

 

 

Richard es como el pueblo

Richard es como el pueblo.

Richard pueblo

Luchador,

incansable,

sin complejos,

canchero.

 

Richard es como el pueblo,

él es como nosotros,

en sus modos y maneras,

en él nos reflejamos.

Soy tulcaneño

Soy tulcaneño.

Tulcanenio

Mi niñez, la recuerdo en el patio de la casa de mi abuelo,

alrededor de la pileta dónde nunca había agua,

en las frías tierras de mi pueblo;

a donde, de vez en cuando me gusta tanto volver.

 

Porque por mis venas corren gotas de sangre de frontera,

porque así lo delatan mis versos y mi manera de hablar,

con los usos y creencias que me regalaron sus templos,

soy, en el cabal sentido de la palabra, tulcaneño.

A la lectura de los libros hay que llegar vivido

A la lectura de los libros hay que llegar vivido.

Libros Jorge

 

Acabo de escuchar a un profesor al que atiendo con frecuencia,

él sostiene que: que hay que llegar a los libros sabido,

con la experiencia y la sabiduría que da el trabajo o la vida misma,

que sería mejor leer un libro, no sin antes haber vivido,

que ningún libro puede reemplazar la vivencia de la realidad.

Poesías y relatos con sabor santandereano y con sabor carchense

Para la 1° FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUCARAMANGA

Poesías y relatos con sabor santandereano y con sabor carchense

Publicado  en YouTube, en: https://youtu.be/hBKfh0pvcHQ

En estas tierras del nororiente colombiano el Departamento de Santander y su capital Bucaramanga y del norte del Ecuador en la Provincia del Carchi y su capital Tulcán, los dos, tierra de liberales y conservadores, separadas por 1290 kilómetros y unas 23 horas de viaje por tierra, me ha llamado la atención en los dos lugares, el uso frecuente del “Usted”, sobre todo porque así lo escuché a mi abuelo en el trato ejemplar para mi abuela, el trato de mi padre para mi madre y yo lo hago, en el trato con mi esposa desde hace 40 años. Nunca la he tratado de vos, siempre de usted. Es una forma dulce de hablar con ella y ella conmigo.

Nunca lo acordamos, solo fue así desde el primer día, se ha mantenido y me gusta.

Por favor pensemos estos poemas en cualquiera de nuestros pueblos o ciudades si es Bucaramanga o Tulcán, mejor.

Le ofrezco esta tarde tres poemas, un delicioso entremés con vocablos y frases propias del mundo santandereano y carchense, en sus semejanzas y diferencias y un relato del realismo mágico.

Por favor, miremos el “usted” en la composición de los textos.