DE ANALHINCHAS Y PERIODHINCHAS POLÍTICOS

DE ANALHINCHAS Y PERIODHINCHAS POLÍTICOS

 

En el argot popular se denomina periodhincha, al periodista deportivo que para ejercer su labor como profesional de la comunicación futbolera, se coloca la camiseta y los lentes del equipo deportivo de sus preferencias, entonces mira y comenta desde su particular y sesgado punto de vista.

En el Ecuador, este peculiar estilo de hacer comunicación deportiva, al parecer se ha extendido al campo de la actividad política, donde se lo utiliza de manera pintoresca.

El trabajo de los analhinchas parece ser el de acomodar la historia de acuerdo a los intereses del grupo político al que pertenece y de esta manera crea, recrea, documenta, verifica, avala, certifica y comprueba los acontecimientos que son acomodados de manera que los hechos sean tal cual como él lo dice, para gusto y conveniencia de sus patrocinadores, por supuesto con el desagrado y rechazo de sus contrincantes políticos.

 

Entonces creo que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche tenía razón cuando afirmaba que en la historia “no hay hechos, solo interpretaciones” y que por lo tanto “la verdad es la mentira más eficiente”, aquella que logra su objetivo, es tan convincente que se convierte en la verdad de las mayorías.

Que necesita repetirse tantas y tantas veces hasta convertirse en una verdad incontrastable como lo proponía el Jefe de Propaganda Nazi Joseph Goebbels.

Para difundir su particular versión de la historia se necesitan a los periodinchas, aquellos personajes que tienen cierta forma de bipolaridad, pues son dóciles, gentiles, respetuosos, tolerantes cuando entrevistan a los personajes afines a sus intereses y por el contrario son agresivos, groseros, irrespetuosos, intolerantes cuando entrevistan a los personajes que tienen una ideología contraria a sus creencias.

Estas estrategias en el siglo XXI, son fundamentales, si se toma en cuenta que la información llega a los ciudadanos por medio de los medios de comunicación como la radio, la televisión o por las redes sociales a través del internet, entonces los interesados, buscan a quienes puedan escribir la historia, de la forma más conveniente y a quienes puedan transmitirla de la manera más efectiva.

Ya lo decía el sociólogo canadiense John Kenneth Galbraith: “Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes, yo diría de los que no tienen escrúpulos para alcanzar sus intereses y ambiciones personales o de grupo.

Por ello hago  un llamado para que los ecuatorianos construyamos una democracia sana, que exige de cada ciudadano una fuerte dosis de educación y conocimiento.

 

Jorge Mora Varela