Yo NO felicito a la mujer el 8 de marzo, LA RETO a conocer a otras mujeres que iluminan la ruta que se podría seguir como tantas y tantas a través de la historia, en este caso Aleksandra Kollontai, rusa conocida por su trabajo a favor de los derechos de la mujer, o a Simone de Beauvoir, profesora y filósofa francesa que sostiene que el trabajo sin discriminación es lo único que puede garantizarle a la mujer la libertad completa.
El día internacional de la mujer
En el año 1977 la ONU proclamó el 8 de marzo como “Día Internacional por los Derechos de la Mujer”, pues se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en condiciones de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Sin embargo las manifestaciones más frecuentes en esta fecha tienen que ver con felicitaciones a las compañeras de trabajo, flores en las manos de cada joven, mensajes cursis a través de las redes sociales, noticieros de radio, televisión o la prensa escrita, cenas en los restaurantes y discotecas a reventar.
Entonces me pregunto si tiene sentido la declaración del “Día Internacional por los Derechos de la Mujer” o si el mundo mercantil aprovecha de la ocasión para hacer una vez más su “agosto” el 8 de marzo.
Yo NO felicito a la mujer el 8 de marzo, LA RETO a conocer a otras mujeres que iluminan la ruta que se podría seguir como tantas y tantas mujeres a través de la historia, en este caso como Aleksandra Kollontai, mujer rusa conocida por su trabajo a favor de los derechos de la mujer, o a Simone de Beauvoir, profesora y filósofa francesa que sostiene que el trabajo sin discriminación es lo único que puede garantizarle a la mujer la libertad completa.
La historia de la humanidad relata con largueza la situación de desventaja de la mujer frente al hombre como en el mundo greco hace 2500 años donde mujer esposa que debía ser silenciosa, obediente, fiel, bellísima y que deba ser protegida, no debía ser educada, no podía salir de la casa para que no pueda cometer adulterio (…).
Los hombres desconfiaban de ellas, las consideraban peligrosas porque tenían el poder de la reproducción y debían llegar vírgenes al matrimonio.
La historia del ser humano demuestra que las religiones han procurado controlar la sexualidad de los pueblos y de esta manera tener el poder sobre ellos, de manera especial de las mujeres. Uno de tantos ejemplos es el Cristianismo donde se exaltaba la virginidad femenina a través de “La Perpetua Virginidad de María”, porque era la manera de asegurar la paternidad del hombre, curiosamente Cristo había enseñado a no repudiar a la mujer, por el contrario a respetarla.
Me gustaría mirar que la mujer ecuatoriana asuma su rol en la sociedad con una posición clara, con inteligencia, conocimiento, mentalidad abierta, sin complejos, sin temores ni falsos fantasmas fruto de las ideologías de turno, caso contrario estaremos condenados a vivir en un mundo donde las mujeres NO puedan tener control sobre sus vidas o a elevar a figura pública de primer orden a las “reinas de belleza”.
O peor aún, a perder el rumbo, como parece ser los signos de los tiempos, donde la mujer, en lugar de crecer, educarse, participar en los hechos sociales culturales, políticos, económicos, ni siquiera sabe definir "Qué es una mujer "
Jorge Mora Varela