No discuto la obligación cívica del pago de los impuestos por parte de los ciudadanos, pero les exijo a las autoridades “coherencia”.
LOS IMPUESTOS Y EL GASTO “ALEGRE DE LOS RECURSOS”
En el Ecuador, en los primeros meses del año, nos pide a los ciudadanos hacer la declaración del impuesto a la renta y hacerlo esta vez en particular deja en mi espíritu una sensación de indignación y de amargura.
Porque siento que el pago de mis tributos caen en una especie de “agujero negro, sin fondo” de donde no pueden escapar, por lo tanto NO se reinvierten, ni retornan en obras tangibles, útiles y necesarias, para mejorar la vida de los ciudadanos, tengo la sensación que se pierden en un mar de obras inconclusas, en algunos casos inútiles, con fallas estructurales, con sobreprecios inaceptables, producto de los errores y abusos reñidos con la ética de los gobernantes, que al parecer los manejaron, las manejan y las manejarán con “alegría, ligereza y desparpajo” los recursos financieros públicos.






