Otra vez y otra vez en el juego de la política ecuatoriana

Otra vez y otra vez en el juego de la política ecuatoriana

Se avecina la posesión del nuevo presidente del Ecuador y de la Asamblea Nacional y las consabidas declaraciones y quizá por mi edad, otra vez y otra vez tengo la sensación del meteorólogo Phil Connors que viaja a una población de Pennsylvania donde queda atrapado por el mal tiempo y al día siguiente constata que todo sucede de forma exacta, igual que el día anterior.

Al escuchar las declaraciones de las autoridades, presidente, asambleístas, analistas e impávidos periodistas, me parece que estoy condenado a revivir hasta mi muerte el "Día de la Marmota" en términos políticos como lo hacemos los ecuatorianos.

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“No habrá espacio para la corrupción, y lucharemos para combatirla, tendremos mano dura y sin contemplaciones contra la inmoralidad en el sector público, bajaremos los gastos innecesarios, se han establecido los diálogos necesarios para alcanzar la gobernabilidad del país, se han realizado alianzas, que han permitido alcanzar los acuerdos en común”.

“No tenemos líneas rojas para dialogar, pero jamás estaremos por la impunidad”

“Buscaremos rescatar la imagen de la Asamblea Nacional, trabajaremos en función de los más altos intereses del país, estableceremos una nueva manera de hacer política, sin priorizar los intereses personales o de grupo”.

Y todo esto ante los rostros impávidos de los personajes de los medios de comunicación, que parecen tener la orden de no decir nada, de no pensar o de no tener memoria histórica.

Pero todos sabemos que estas palabras sueles ser solo “retórica”, pasajera y frágil, que sirve para la transición del poder, mientras estén las cámaras y el país esté en la cresta de la ola mundial y sabemos que esto es pasajero.

Me gustaría que las palabras del nuevo presidente del Ecuador Daniel Noboa dónde se compromete a NO tolerar, ni socapar, peor aún participar de actos de corrupción se mantenga y de ello existan pruebas palpables, demostrables y tangibles y que las lleve hasta el final de su mandato, porque los anteriores también lo dijeron y NO pudieron ni hacerlo ni sostenerlo.

De la frágil, dispersa y heterogénea Asamblea Nacional, no me es posible esperar que sea un espacio de dialogo, concertación y acuerdos en función del país, me temo que volverá a ser el escenario de violencia, confrontación, búsqueda de revanchas, perdones y olvidos, amaños, componendas y actos reñidos con los criterios éticos con los que se supone debería ser el juego político en el Ecuador.

Ahí vamos de nuevo en este juego apasionante de la política ecuatoriana que cree tener en la democracia la única manera para sostener y manejar a un país heterogéneo, difícil, con indicadores alarmantes de corrupción, violencia y muerte, característicos de al menos el último gobierno, condenado al rechazo y al olvido en el Ecuador.

 

Jorge Mora Varela

 

Imágenes tomadas de:

Presidente: La Hora

Asambleístas: Primicias