CARTA ABIERTA PARA RICHARD CARAPAZ

CARTA ABIERTA PARA RICHARD CARAPAZ

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Foto, cortesía de Marco Villacorte Fierro

 

Estimado Richard:

Como es evidente, sus éxitos deportivos, para nosotros los ecuatorianos y de manera especial para los carchenses tiene un sabor agradable, que cala en lo más profundo de nuestro ser, porque sus triunfos, los hacemos y los sentimos como nuestros.

En usted nos reconocemos, porque compartimos las mismas raíces culturales, la de personas humildes, pero decididas, con temple y coraje, que se necesitan para ir en su caso por las rutas del mundo, en pos de sus propias metas y con ello construir un futuro digno para usted y su familia, gracias a la fuerza de su pedaleo, su fortaleza mental, tenacidad, disciplina, capacidad de adaptación y trabajo en equipo y nosotros en cada una de nuestras tareas cotidianas, en las que debemos emplear las características que a usted le acompañan como deportista.

La Descendencia "OSEJOS AGUILAR"

La Descendencia "OSEJOS AGUILAR".

 Por. Edwin Sánchez Osejo 

Pocas personas tienen la bendición de llegar a más de los cien años y saber que fue padre, abuelo, bisabuelo y tatarabuelo, este es el relato de mi abuelito Lizandro.

 

 

En esta ocasión haremos un pequeño relato de quién fue Don Lizandro Osejos Bustamante que nació un 28 de Noviembre 1917 en la Parroquia Huaca en de la provincia del Carchi, un Carchense a carta cabal, que se casó con Luz María Aguilar perteneciente a Urbina-Carchi, con quien formó la familia “OSEJOS AGUILAR”.

Quién se imaginaría que en aquella tarde cuando se dieron el SÍ del matrimonio iban a tener 5 hijas mujeres y 3 hijos varones quienes son:

Aida, Alejandro, Teresa, Mercedes, Lucía, Jorge, Elisa y Ernesto;

Lizandro tuvo la dicha de ser esposo, padre por ocho ocasiones, treinta y cinco veces abuelo, cincuenta veces bisabuelo y la gracia de ser ocho veces tatarabuelo la descendencia llegó a ciento treinta y siete personas.

En sus Cien años, 5 meses 9 días de vida, compartió con sus familiares y sus amigos. (Fecha de Fallecimiento 07-Mayo-2018).

LA LAURITA CUMPLIÓ 100 AÑOS

En la hermosa ciudad de Cuenca, la maravillosa mujer tulcaneña Laura Elena Picón Peñafiel, cumplió 100 años y ella inició la celebración, bailando “Soy del Carchi” con su primogénito.

LA LAURITA CUMPLIÓ 100 AÑOS

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Desde el inicio de la república ecuatoriana a principios del siglo XIX y hasta las primeras décadas del siglo XX, llegaban a Tulcán los miembros de las fuerzas armadas, luego de largas y fatigosas jornadas, por los caminos que parecían llegaban al cielo de tanto subir y subir, desde tierras tan lejanas que nadie hubiese sospechado que fuese tan difícil llegar a las verdes y frías tierras de la novísima provincia del Carchi.

Los mocetones miembros de las fuerzas armadas ecuatorianas, caminaban con entusiasmo por llegar a la frontera norte de la patria, para hacer presencia, marcar y defender el aun joven territorio ecuatoriano y guardaban la secreta esperanza de encontrar a las hermosas, fuertes e impetuosas muchachas que decían poblaban las tierras fronterizas del norte ecuatoriano.

TULCÁN NO SOLO ES UN SOLDADO DE FRONTERA

La convención Nacional, creó el Cantón Tulcán en la Provincia de Imbabura el 11 de abril de 1851.

 

TULCÁN

NO SOLO ES UN SOLDADO DE FRONTERA, SIN IDENTIDAD Y SIN HISTORIA

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No existe en la historia escrita de Tulcán, registos que hablen  de sus pueblos originarios, que cuente de sus primeros asentamientos, que hable de sus modos de vida primigenios, de sus formas de subsistencia, de sus creencias, de sus saberes, de la manera en que llegaron a estas tierras hace más o menos 10.000 años, de cómo se asentaron y se dispersaron. No porque no existan rastros, sino porque no ha sido objeto de estudio científico.

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Entonces para los pueblos que se asentaron en lo que hoy se llama Tulcán, existen referencias vagas, sin rigor científico, por lo tanto de dudosa validez, con las cuales se ha creado el imaginario cultural tulcaneño con el cual vivimos y en el cual creemos.

TULCÁN Y EL CARCHI, LA HUELLA PERDIDA DE LOS GODOS

Un relato, entre la historia y la ficción 

TULCÁN Y EL CARCHI, LA HUELLA PERDIDA DE LOS GODOS

 

Preámbulo

El haber encontrado en los pueblos españoles sobe todo en el centro y sur de la península ibérica, desde Toledo, Sevilla, Córdova, hasta el antiguo Puerto de Palos en Huelva, concentraciones de apellidos con raíces germánicas, hebreas y musulmanas, tan familiares para los latinoamericanos y de manera particular para los carchenses, como:

Ramírez, Gutiérrez, Martínez, Cervantes, Torres, Guzmán, Estrada, Álvarez, Enríquez, Fernández, Hernández, Pantoja, Hinojosa, Aguilar, Almeida, Barahona, Benavides, Castillo, Cordobés Cortés, García, Guerra, Herrera, Lara, López, Méndez, Mendoza, Molina, Morales, Páez, Palacios, Pérez, Pinto, Ponce, Rodríguez, Salas, Solís, Sánchez, Torres, Yépez, Vásquez, Velasco, Venegas entre tantos y tantos.

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Me ha llamado tanto la atención, que este hecho peculiar me ha motivado a encontrar en la historia, algunos rasgos comunes, que expliquen tal coincidencia, porque la explicación simplista de que nos invadieron y conquistaron los españoles a partir del descubrimiento de América, no me resulta suficiente y satisfactorio.

Debía encontrar una nueva punta del ovillo, por dónde empezar a pensar e investigar, entonces debía encontrar un vocablo que está presente en la historia de estos pueblos y esta palabra es: “Godos”.