"Estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma no es una buena forma de medir la salud", Jiddu Krishnamurti (1895-1986)
LA LATINOAMÉRICA DE LOS POLÍTICOS QUE SUFREN DE ANSIEDAD, DEPRESIÓN, NEUROSIS Y ESQUIZOFRENIA.
Los acontecimientos políticos en el mundo, pero de manera especial en Latinoamérica y que se presentaron de manera inesperada y violenta en el segundo semestre del año 2.019, nos han dejado a más de uno en offside.
De manera especial a los que no pueden entender la política si no es desde las ideologías, desde los imperios, o desde los referentes como los de Moscú de Washington, de Pekín o de la Habana y aunque parezca increíble ahora desde “Venezuela”.
Peor aún a los que opinan con el periódico del día o desde sus intereses particulares o los de sus amos y descontextualizan todo lo que llega a su alcance, porque pretenden torcer a su conveniencia los hechos históricos para darse razón y legitimar razonamientos acomodaticios y grotescos.
A mí me queda la sensación que las enfermedades de las que habla Krishnamurti tienen que ver con el quehacer político, que de manera tendencial está en manos de los que sufren de ansiedad, depresión, neurosis y esquizofrenia, entre otros desajustes mentales, sociales y culturales.





