Utilizar la palabra DIOS en el debate es una demostración de pobreza argumentativa, producto de la impreparación, falta de lectura, carencia de capacidades o del deseo de capitalizar con mañosería para beneficio de quien la usa y abusa las limitaciones del pueblo llano.
DIOS HASTA EN LA SOPA
Mis conceptos de espiritualidad se marcaron de manera clara en los grupos juveniles de la Parroquia la Dolorosa de Tulcán de la mano del Padre Edison Landázuri y con esos referentes, me resulta chocante el uso y el abuso de la palabra Dios.
No logro entender el uso recurrente de la palabra Dios en la argumentación de los candidatos a las elecciones populares sobre todo en los que buscan la presidencia de la república.
¿Por qué la usan?, ¿Qué quieren?, ¿Por qué lo hacen?
No sé si los candidatos quieran demostrar que son los "elegidos", son el testimonio vivo de la presencia de Dios en la tierra, no sé si quieren demostrar que tienen la suficiente autoridad moral frente al resto de candidatos, no sé si busquen credibilidad frente a sus posibles electores, o solo es parte de la retórica irreflexiva con la que construimos nuestras ideas y frases.