Hace algunos meses en el entrañable grupo de lectura “Lecturas Pre Apocalípticas” leímos y compartimos nuestras impresiones alrededor del libro “Versos Satánicos” de Salman Rushdie.
SALMAN RUSHDIE Y SU ETERNA SENTENCIA DE MUERTE
Este fue el mensaje que pronunció en 1.989 el entonces Ayatollah de Irán, Ruhollah Jomeini (1.902-1.989), contra el escritor británico Salman Rushdie tras la publicación de su novela "Los Versos Satánicos":
En el nombre de Dios,
Estoy informando a todos los valientes musulmanes del mundo que el autor de 'Versos satánicos', un texto escrito, editado y publicado contra el islam, el Profeta del Islam y el Corán, junto con todos los editores y editoriales conscientes de su contenido, están condenados a muerte.
Hago un llamamiento a todos los musulmanes valientes, dondequiera que se encuentren en el mundo, para que los maten sin demora, para que nadie se atreva a insultar las creencias sagradas de los musulmanes en lo sucesivo.
Quien muera por esta causa será mártir, si Dios quiere.
¿Que llevó al Ayatollah Ruhollah Jomeini a dictaminar una “fetua”, una sentencia de muerte en contra del escritor de origen hindú y nacionalizado británico Salman Rushdie?
¿Qué tienen los “Versos Satánicos” en sus páginas que llevaron a líder del chiismo islámico a determinar la sentencia de muerte para Rushdie?
Desde el punto de vista literario los Versos Satánicos están en la línea del realismo mágico que nace en el caribe con el cubano Alejo Carpentier (1.904-1980) y su “Real Maravilloso” y el “Realismo Mágico” del colombiano Gabriel García Márquez (1.927-2.014), dónde la realidad y la fantasía se entrecruzan para describir la realidad cruda, doliente e injusta y lo hacen desde la ficción divertida, exuberante y mágica.
Rushdie con su estilo realiza una mirada ácida, crítica y aguda hacia los líderes políticos, como en su obra “Hijos de la media noche”, dónde trata la transición de la India del colonialismo británico a la independencia y la partición de la India británica y describe en forma de caricatura hiriente a la primera ministra de la India Indira Gandhi, lo que le provocó la imposibilidad de volver a su país de origen por las sanciones políticas que provocó su novela.
O el libro “Vergüenza”, una tragedia representada por payasos, actores que no dan la talla, ambientada en un país ficticio que refiere a Paquistán, donde acusa al general Muhammad Zia-ul-Haq, de asesinar al controversial primer ministro del país Zulfikar Ali Bhutto, que para variar le impidió poder ingresar al Paquistán.
En los “Versos Satánicos”, fiel a su estilo describe de forma caricaturesca los fundamentos y a los principales actores de la religión musulmana, personajes claves del Corán como el Arcángel Gabriel, el profeta Mahoma, a las esposas del profeta, de manera especial a la esposa más joven de Mahoma: Aisha, a quien la comunidad musulmana le otorgó el título de "al-Siddiqa bint al-Siddiq", "la mujer veraz hija del hombre veraz".
El mundo musulmán se sintió ofendido por esa forma de mirar y caricaturizar critica al “mundo islámico”.
En uno de los capítulos Jomeini se siente identificado porque el libro habla del líder religioso que desde el exilio en París exhortó a la población de su pueblo a rebelión contra la monarquía del Sha de Irán Mohammad Reza Pahlavi, que se cumplió en el año 1.979, con la rebelión islámica
En un capítulo aparece un Imán piadoso y exiliado que lucha contra una monarquía despótica y que cuando vence regresa a su pueblo y se convierte en un monstro que devora a su pueblo con una teocracia intolerante y violenta.
La “fetua” que pesa sobre Rushdie, lo encarceló a cielo abierto en todas partes y todo el tiempo en todo el planeta dónde pudiese encontrarse uno de los millones de musulmanes radicales que estuviese dispuesto a asesinarlo o atentar contra su vida. Este edicto religioso emitido por Jomeini, dispone que cualquier musulmán que se cruzara con el escritor tiene el deber de asesinarlo a él a los editores, traductores y quienes tuviesen que ver con los “Versos Satánicos”
Además, la muerte del Ruhollah Jomeini en el mismo año dónde se emitió la “Fetua” 1.989 impide que nadie pueda anular la sentencia de muerte, esto en la práctica eternizó la condena de Rushdie.
El atentado cometido por el joven norteamericano descendiente de libaneses Hady Matar, en contra el escritor Salman Rushdie, es una prueba palpable de lo aseverado.
Si el escritor hindú sobrevive a este atentado, la sombra de su sentencia de muerte lo perseguirá hasta el fin de sus días. Este es el precio que este hombre de letras ha debido pagar por tener la osadía de escribir aquello que tenía dentro y que tenía que hacerlo porque ese era el imperativo que debía cumplir, aunque en ello se le vaya la vida.
Jorge Mora Varela
Imagen tomada de: 20minutos.es