CRISTIAN BENAVIDES A LAS PUERTAS DE LA INMORTALIDAD

Con enorme satisfacción y hasta con un sentimiento de viva emoción he conocido del inicio de la construcción del Centro Cultural y Tecnológico de la ciudad de Tulcán.

Porque un dolor profundo me acompaña desde mi niñez, cuando fui testigo de como se destruía y se desfiguraba el rostro de mi pueblo y se dejó vacío el espacio que le pertenecía a la educación y la cultura.

Que grato conocer de este proyecto pensado y propuesto por el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal de Tulcán, recoge la demanda latente, postergada por más de medio siglo, crear un espacio con el rostro de la ciudad, la fachada del Colegio Bolívar, su biblioteca, con espacios para la investigación, para la memoria y para el arte.

Muy bien señor alcalde.

Nosotros, desde hace tiempo, desde el portal www.TulcanOnline.com, de forma recurrente hemos venido exhortando para que se le devuelva y se le incremente la belleza a nuestra ciudad, capital de la provincia del Carchi, sobre todo como la puerta de entrada al país desde Colombia, con artículos como:

LA REPUTACIÓN

Es la opinión, idea o concepto que la gente tiene sobre alguien. ¿Qué se piensa de tal o cual persona o personaje?

Todos estamos sujetos al juicio de los demás, durante toda la vida cada uno de nosotros va construyendo una imagen y eso es lo que mejor se hereda.

No los atributos gratuitos que le endilgamos a cualquiera cuando este muere.

Es la construcción de la imagen que proyectamos, fruto de la apreciación que las personas hacen sobre alguien en el transcurso de la vida: buen tipo, leal, confiable, trabajador, inteligente, creativo, solidario, comprometido, arriesgado, líder nato, amigo, buena onda.

En el Ecuador, de manera inexplicable, irresponsable y cobarde, al personal sanitario de primera línea no se les aplica la segunda dosis.

ENTRE LA MAMITA DE ZEVALLOS Y UN MÉDICO DE PRIMERA LÍNEA

Durante un año, cada día, me duele mi hijo, él es un médico de primera línea que atiende en un hospital del Seguro Social a los pacientes de Covid-19 y en este sentimiento de abatimiento incluyo a todo el personal sanitario de mi país que trabajan de manera ejemplar y con el desamparo de las autoridades que tiene el deber de protegerlos.

Me duele mi esposa que vive en la incertidumbre y la preocupación constante por su hijo, por nuestro hijo al que vemos de vez en cuando y al que me dan ganas de abrazarlo, besarlo y protegerlo con la fuerza de mi amor y de mis brazos.

El problema más grande de los ecuatorianos es que entre la enfermedad viral, los pacientes y el personal médico están de por medio una clase política indolente, ineficiente y estúpida, dónde destacan de manera nítida el primer mandatario y el funesto ministro de salud.

HACER CLASES EN PANDEMIA

Me gustaría entender las razones por las cuales el estado ecuatoriano con la “ley de apoyo humanitario” permitió que en el sistema educativo se aumenten las horas de trabajo (virtual y sus implicaciones) a niveles desquiciantes en clases y se recorten los ingresos de los profesores.

Apostaría que quien o quienes diseñaron estas estrategias, jamás hicieron docencia y jamás se ocuparon de la casa,  de sus familias o de las tareas domésticas.

En tiempo de clases virtuales:

La casa desde dónde se hacen las clases, debe estar en su punto, limpia, ordenada y funcionando de manera normal (incluye camas tendidas, pisos limpios, ropa aseada, platos lavados y ordenados).