Rafael Correa Delgado, inicia su paso por el juicio de la historia y el veredicto final podría llevarlo al olimpo, al infierno o al olvido.
RAFAEL CORREA DELGADO DE CARA AL JUICIO DE LA HISTORIA
El presidente ecuatoriano termina su mandato y el tiempo le dará su lugar en la historia del Ecuador, a quien gobernó por una década el país caracterizado por la inestabilidad política y esa sola condición le debería dar a su Presidencia la dimensión suficiente para tener un lugar destacado en la historia, más aún si la sucesión del gobierno quedó en manos de su coideario Lenin Moreno Garcés. La gran pregunta es si el paso del tiempo será benévolo con Rafael Correa y su gobierno o lo condenará al repudio o al olvido.
La historia del mundo dice que la imagen de un mandatario cuando entrega el poder no necesariamente coincide con el veredicto de la historia. Son frecuentes los casos donde algunos mandatarios terminaron sus periodos en medio de manifestaciones de aprecio popular en las calles y sin embargo en los libros de historia, ocupan un lugar discreto, por el contrario otros que dejaron el poder en medio de escándalos y conflictos sociales la historia los reconoce como grandes reformadores de su tiempo. También es frecuente que quienes salieron con altos niveles de popularidad, lo mantienen en el tiempo.
En consecuencia es prematuro, anticipar el lugar que ocupará Rafael Correa Delgado en la historia del Ecuador, pues la falta de la suficiente perspectiva histórica, ha llevado a señalar al calor del momento político como “el mejor de la historia” a los afectos al presidente y sus contrarios como “el peor” de los anales republicanos.
Es tarea de los estudiosos (politólogos, economistas, sociólogos, internacionalistas, historiadores, filósofos, entre tantos) en el devenir del tiempo comenzar a dilucidar su puesto en la historia, ellos deben contrastar una serie de variables ideológicas, histórico-políticas, económicas, sociales, culturales, locales, internacionales, que provocan efectos leves o profundos de corto, mediano y largo plazo, entonces y por estas razones es que la visión ciudadana de la gestión de un presidente al final del mandato, no es casi nunca su calificación definitiva.
¿Cuánto tiempo es necesario para tener un juicio definitivo de la historia?
Es una tarea compleja e imposible, pues la valoración del personaje depende de la perspectiva (marco referencial) con la que se lo mire.
Personajes emblemáticos en la historia del mundo siguen despertando polémicas y agrias e inútiles discusiones sobre la validez de su aporte en la construcción de sus naciones y del mundo. Al azar propongo unos cuantos personajes que generan posiciones encontradas, discusiones y desacuerdos con frecuencia violentos:
El líder cubano Fidel Castro, Juan Domingo Perón o Néstor Kirchner en Argentina, Salvador Allende o Augusto Pinochet en Chile.
Abraham Lincoln, Woodrow Wilson, Harry Truman, John Kennedy, Richard M. Nixon, George Bush o Ronald Reagan, en los Estados Unidos.
Hugo Chávez en Venezuela, Ignacio Lula Da Silva en Brasil o Evo Morales en Bolivia.
Vladimir Lenin, Joseph Stalin, Nikita Khrushchev, Mikhail Gorbachev, en la URSS, Vladimir Putin en Rusia o Mao Tse-tung en la China.
Otto von Bismarck o Adolf Hitler en Alemania, entre tantos y tantos.
Algunos personajes políticos de la historia son respetados, otros venerados como dioses, algunos señalados y condenados como demonios, odiados por algunos, amados por otros u olvidados como tantos. En fin Rafael Correa Delgado, inicia su paso por el juicio de la historia y donde su veredicto final puede tener tantas valoraciones, como diversos puntos de vista podemos tener los seres humanos.
Jorge Mora Varela