EL DIÁLOGO ENTRE ECUATORIANOS ES IMPOSIBLE

Luego de una jornada en el trabajo, media hora en el noticiero de la tv, una hora en el face y unos minutos con las personas del vecindario, estoy convencido que:

EL DIÁLOGO ENTRE ECUATORIANOS ES IMPOSIBLE

La palabra diálogo que proviene del griego diálogos (διάλογος), describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas de modo alternativo para intercambiar posturas, en él se pueden compartir experiencias, impresiones, opiniones, para conocerlas, contrastadas, rebatidas o compartirlas.

Esta práctica humana permite el intercambio de información a través del lenguaje verbal y del habla; es la base de la comunicación, esto permite la convivencia más o menos pacífica de las personas.

Mi escepticismo surge cuando reconozco que nuestra educación formal e informal desde la primera infancia se la construyó con dogmas en apariencia irrefutables y frente a los cuales no hay espacio para réplicas; este es el detonante del irrespeto y la intolerancia.

El dogma es una proposición que se asume como principio innegable y lógico de una ciencia o doctrina, que no están sujetos a discusión o cuestionamiento, su verdad resulta inobjetable y obligatoria.

En el campo de la religión, los dogmas constituyen la base de la fe y como tales se condiciona a las personas para que sean acatados, aceptados y practicados o correr el riesgo de caer en la herejía y en el pecado y ello los convierte en seres temerosos y sectarios.

 

En el campo de la política, los dogmas constituyen la base de su ideología y como tales se condicionan a las personas para que sean militantes, obedientes y vigilantes o correr el riesgo de caer en la traición y estar en la mira del comité de ética para su expulsión y rechazo político y ello los convierte en fanáticos ciegos, porque a ellos se les dice lo que deben pensar o lo que no pueden olvidar.

En el campo de la ciencia, los dogmas constituyen la base de la racionalidad y como tales se condiciona a las personas para que sean enseñados y aprendidos en las escuelas para sean repetidos en los exámenes de promoción escolar o correr el riesgo de no ser promovidos en el campo académico ni laboral y ello los convierte en repetidores sin criterio, incapaces de investigar o de crear.

Y por ello es que en el mundo social, político o laboral globalizado y diverso en el cual interactuamos estamos rodeados de un sinnúmero de afirmaciones tajantes, innegociables e inaceptables que hacen difícil la convivencia pacífica entre seres humanos.

Debemos reconocer que fuimos condicionados durante toda nuestra vida a creer sin discutir.

Pruebas al canto:

-        Nos enseñaron a creer de manera ciega a nuestros padres desde la primera infancia; así lo quería dios.

-        A creer lo que decía la maestra del jardín de infantes; ella fue nuestro primer amor.

-        A repetir lo que nos enseñaron en la escuela, el colegio y la universidad; de no hacerlo nos ponían cero.

-        A repetir las enseñanzas del catecismo; así lo mandaba dios.

-        A creer los que se dice en los noticieros y en el face; así lo abalizan los miles de seguidores y la cantidad de likes que tienen las personas.

Por estar razones creo que el diálogo entre ecuatorianos es imposible, porque en primer lugar deberíamos aprender a reconocer que en la sociedad global, no existen verdades únicas y que toda la información que recibimos debería ser deconstruída como lo dice el filósofo Jacques Derridà, para ser estructurada de manera que las opiniones de los otros tengan cabida en la construcción de una nueva mentalidad adecuada para una sociedad cambiante, inclusiva, dialogante y viable.

 

Jorge Mora Varela