Los jóvenes y la sociedad “líquida” del siglo XXI

La reflexión que me hago cuando escucho a alguien decir que “se han perdido los valores”, es que quien lo dice no tiene idea de lo que significa la frase, ni que identifica, ni a que se refiere.

 

Los jóvenes y la sociedad “líquida” del siglo XXI

 

El filósofo italiano Umberto Galimberti, señala que los “valores” son acuerdos sociales tácitos, que cada sociedad los asume para tener el mínimo nivel de conflictividad posible, que no tienen nada que ver ni con las creencias, ni con la espiritualidad de los pueblos, por lo tanto cambian, se modifican y se adecuan de acuerdo a los signos de los tiempos.

Con esta premisa, el Sociologo Zygmunt Bauman, plantea el concepto de” Modernidad Líquida”, que es una característica del siglo XXI, donde en escenarios de globalización todo se mueve, se transforma, se licua  y las personas tenemos que vivir sin certezas de cara al futuro en los campos laborales, económicos, culturales o políticos.

 

Las estructuras sociales imperantes son diferentes a las de nuestros padres, las relaciones sociales solo duran mientras generan satisfacciones o sensaciones nuevas y se acaban cuando ya no causan placer, son fáciles de dejar, de cambiar o de reemplazar y las personas viven en un mundo de incertidumbre permanente.

La nueva sociedad es abierta, por ello la premisa es -o se moderniza y adapta  o se muere-, surge entonces la necesidad de desarrollar una identidad flexible y versátil, ajustable al mundo postmoderno.

En el siglo XX para nuestros padres y abuelos, la sociedad  estaba marcada por un proyecto de vida con  reglas de comportamiento definidas, en el que el trabajo era fijo y de larga duración, las personas podían laborar en un lugar hasta la jubilación, las relaciones de pareja eran duraderas y se aceptaba el precepto de “hasta que la muerte los separe”, sin embargo, “la globalización” y los “avances tecnológicos” modificaron las realidades sociales, culturales y económicas.

Los jóvenes del siglo XXI buscan expandir sus fronteras de experimentación multicultural, eso los convierte en personas globales, dispuestos al “conocimiento”, a la “satisfacción” y  a la “recreación infinita”, para ello incorporan a su forma de vida los “gadgets” para permanecer conectados en el cyber espacio. En sus hábitos de alimentación priorizan elementos que los hagan perder peso, e ingieren líquidos “light”, para tener la figura que los mantenga “a la moda”.

Sin embargo no están exentos de problemas de inseguridad e inestabilidad laboral, la depresión crónica, la inestabilidad en las relaciones personales, el vivir junto a alguien a prueba para ver cómo va la cosa o separarse con facilidad.

Esta nueva realidad modifica su “escala de valores”, diferente a la de sus predecesores y no pueden ser juzgados como superficiales, inmorales o estúpidos, pues no lo son, pertenecen a la nueva sociedad líquida del siglo XXI.

 

 

Jorge Mora Varela