Carta a mis Mujeres

Carta a mis Mujeres


En el año 1908 cuarenta mil costureras industriales de grandes fábricas se declararon en huelga, demandando el derecho de unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga y el rechazo al trabajo infantil. Durante la huelga, brutalmente reprimida por la policía, más de 146 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la Fábrica "Textil Cotton" en Nueva York.


Disculpen si esta carta no la dedico a describir las muchas cualidades de las mujeres, ni lleno estas líneas con pensamientos platónicos, ideales y románticos de lo que significa “ser mujer”.


Esta es una carta que pretende cuestionar a las mujeres de las nuevas generaciones y confrontar sus acciones u omisiones con los retos que se nos presentan estos días, donde a pesar de haber ganado reconocimiento en lo público, la sociedad se empeña en devolvernos a lo privado; se han preguntado por qué en el llamado “mes de la mujer” las ofertas de electrodomésticos abundan? Y es que, las mujeres hemos conquistado muchas esferas, pero aún no hemos logrado deconstruir el arraigado concepto de la mujer madre y esposa, callada, abnegada y tan mariánica.

Difícil resulta creer que pese a ser líderes mundiales, representantes sociales, grandes y poderosas empresarias, las cifras de violencia de género sigan siendo alarmantes, que existan mujeres que son esclavizadas, abusadas y tratadas como mercancía, pero asusta más aún ver como mujeres de las nuevas generaciones, con el camino libre son obnubiladas por luces de colores y un montón de sueños acartonados, esclavas de una talla, una dieta, una marca, de las ideas decadentes sobre el machismo y el amor romántico, incapaces de tomar las riendas sobre su vida y su libertad, sin posibilidad de autodeterminación por la necesidad de cumplir con roles creados para limitarlas, para catalogarlas y homologarlas.

Este 8 de marzo mujer, aunque te llenen la oficina con rosas y la radio reviente de canciones melosas, piensa, reflexiona, hacia donde va encaminada tu vida, recuerda que llegar donde estás les costó la vida a cientos de otras mujeres quienes no dudaron un segundo en sacrificarlo todo por un pedazo de lo que tu disfrutas.

Por: Daniela Mora Santacruz