Terremoto de 1923
Tulcaneños acampan en el ejido norte (parque Ayora) después del terremoto
Del 13 al 20 de diciembre de 1923 se registraron varios movimientos sísmicos en la frontera Ecuatoriana Colombiana.
El daño ocurrió en un área relativamente pequeña, situada entre las poblaciones de Ipiales y Tulcán, las ciudades más golpeadas por los sismos fueron: Cumbal, Chiles, Aldana, Túquerres, Ipiales del lado colombiano, Tulcán, Tufiño, Chiles, El Ángel del lado ecuatoriano, pero su intensidad se hizo sentir hasta Pasto en Colombia.
Aunque los daños fueron considerados menores en el resto del país, se registraron 3000 víctimas y 20.000 habitantes se quedaron sin techo, para la época la mayor parte de construcciones en la ciudad eran de adobe y sucumbieron al primer movimiento telúrico registrado en esta jornada.
El terremoto destruyó caminos, derrumbó muchas viviendas, destrozó la iglesia de los Terciarios y la iglesia Matriz. La población tulcaneña siempre solidaria y minguera se organizó para instalarse en el Ejido Norte, los sastres de la ciudad apoyaron a la comunidad cociendo las improvisadas carpas hechas con sábanas donadas por los ciudadanos, para el efecto su lugar de concentración fue el parque principal, donde había caído también la estatua de la libertad de su pedestal.
Mientras salvaguardaban sus vidas en la planicie del Ejido Norte (hoy parque Isidro Ayora) confluyeron en la opinión de que debía reconstruirse la ciudad en un sitio más seguro; ya que en esta época Tulcán estaba asentado en la ladera noroccidental de la loma de Santiago (desde la calle 10 de Agosto hasta la calle Quito).
Una de las circunstancias que más atrasó la realización de este anhelo fue la inexistencia de una vía en buenas condiciones que les permitiera trasladarse hasta Quito para pedir ayuda del Gobierno Central; pero nunca declinaron en su propósito.
En diciembre de 1926 se volvieron a sentir movimientos de tierra y los tulcaneños entraron en pánico. Esta vez el presidente Isidro Ayora visitó nuestra ciudad para convenir con las autoridades locales la construcción de una nueva ciudad que prestara mayor seguridad a los ciudadanos.
El Ilustre Concejo Cantonal y su presidente, don Julio Martínez Acosta declararon huéspedes ilustres al presidente Ayora y su ministro, Julio E. Moreno.
El 26 de diciembre del mismo año se realizó un plebiscito popular para consultar acerca de la edificación de la nueva ciudad y aceptar el área de terreno ofrecida por el Gobierno, ubicada alrededor de la avenida Coral.
Fuente: Blog Verónica Paguay Recalde