¿Cómo entender el exitazo económico de la película Barbie?

¿Cómo entender el exitazo económico de la película Barbie?

Estigmatizar, ridiculizar y agredir, la vieja fórmula del éxito del cine gringo, lo volvió a hacer

He conocido una serie de análisis de todo tipo, desde el punto de vista del marketing, desde la sicología, la sociología, desde las teorías del wokismo.

Desde mi punto de vista, la vieja fórmula del éxito del cine norteamericano lo volvió a hacer: estigmatizar, ridiculizar y agredir al enemigo de moda y listo.

Estigmatizar a una persona o a un grupo social es asignarles características o atributos que hace sean considerados inferiores, inaceptables o negativos. Por lo tanto, los sujetos estigmatizados son discriminados y rechazados, potenciales víctimas de agresiones verbales o maltrato físico aceptadas por ser “políticamente correctas”.

A principios de la historia del cine, los enemigos eran los “indios salvajes” de la sabána norteamericana, a quienes había de perseguir, asesinar y desaparecer, para llevar la civilización blanca al oeste norteamericano.

Cuando el argumento se acabó fueron los “negros” a los que había que estigmatizar como delincuentes, viciosos, drogadictos a los que se tenía el deber de perseguir, meter a la cárcel y llevar a la silla eléctrica.

Luego de la segunda guerra mundial y bajo ese mismo argumento se han estigmatizado, ridiculizado y agredido a los “alemanes a los que el cine y la televisión norteamericana encontraba la mina de oro para crear riqueza.

Cuando los argumentos se agotan, hay que ver que dice la historia política y entonces la guerra fría encontró otros grupos sobre los cuales hacer cine taquillero, entonces Chuck Norris debía perseguir y asesinar asiáticos (vietnamitas y/o coreanos), Rocky debía derrotar a los enemigos, las máquinas humanas de la Unión Soviética.

Luego la migración le entregó al cine gringo a los sudacas, mexicanos o latinos para estigmatizarlos como indeseables, violentos, sucios y despreciables, para perseguirlos, deportarlos o podrirlos en las cárceles.

En su momento para el cine del norte el enemigo tenía rostro musulmán a los que se debía estigmatizar como fanáticos religiosos, ignorantes, intolerantes, a los que había que civilizar o perseguir y desaparecer.

En la contemporaneidad, el wokismo en sus versiones extremas y fanáticas, le entregó al cine masivo el nuevo enemigo y luego de algunos fracasos financieros acaba de triunfar con la Barbie una película que rompe records medidos en mil millones de dólares. Donde es el “hombre” a quien hay que estigmatizar, ridiculizar, agredir y ofender y ponen en la cabeza de las y los asistentes, palabras a las que les ha dado una connotación negativa y deben ser entendidas como ofensivas: patriarcado, fascismo, capitalismo, heteronormatividad como características a combatir en el nuevo enemigo creado por algunas de las universidades norteamericanas y tomadas por Hollywood.

A los genios del cine, no les interesa los daños colaterales, las consecuencias sociales o culturales, solo importan los réditos financieros, hasta que esta mina se agote y alguien encuentre otro enemigo rentable a quien estigmatizar, ridiculizar y agredir, mientras sea rentable.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen tomada de blogs.es