DEL PRIMITIVISMO TECNOLÓGICO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

DEL PRIMITIVISMO TECNOLÓGICO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Me ha sacado una sonrisa, las viejas anécdotas del pasado, cuando la modernidad era una promesa, lejana y desconfiable.

A los jóvenes vicentinos* de los 70’s, nos pareció una iniciativa brillante la ocurrencia de nuestro compañero de colegio que ostentaba ser el alumno más distinguido de mi promoción, que frente a su inminente ingreso a la Escuela Politécnica Nacional había decidido comprar una calculadora en la Ciudad de Ipiales y llevó en una hoja de papel unas operaciones complejas resueltas por él, para verificar que la máquina que iba adquirir funcionaba de forma correcta.

Eran los años 70 del siglo XX y el año 2000 se veía lejano e inalcanzable, porque desde aquellos tiempos existían los augurios catastrofistas que aseguraban que, por culpa del ser humano, en el año 2000 no habría agua en el planeta tierra y que nos encontrábamos frente a un inminente proceso de extinción de la especie humana, que empezaría con la muerte de millones de seres humanos morirían de hambre y terminaría con la extinción de la vida en la Tierra, como en una especie de castigo divino por la avaricia del humano y falta de compromiso con el planeta.

Como en las primeras décadas del siglo XXI, también teníamos los mismos presagios catastrofistas, pero que en esos tiempos se difundían en los periódicos que eran de papel, los teléfonos, conectados a un alambre que se perdía en la pared, solo servían para hablar, el entretenimiento se podía alcanzar en las salas de cine, la radio era la compañía de todos, los profesores tenían todo el conocimiento y el cura del pueblo administraba nuestra salvación.

El último acto del primitivismo tecnológico del cual vengo lo vi por última vez cuando en los 90’s, uno de mis hermanos fue a la universidad con su cuaderno, su esfero azul y sus tablas de logaritmos de Copetti, que habían acompañado a los estudiantes del mundo occidental desde 1614 y luego de 400 habían muerto por culpa de las calculadoras.

No puedo precisar el momento en que el mundo se empezó a acelerar de forma violenta, invasiva e ineludible, pero en el siglo XXI, no es posible entender el mundo sin internet, sin el móvil inteligente, sin el computador.

Y cuando mueren íconos de la tecnología como el icónico Power Point, dónde habíamos demostrado creatividad, sapiencia, destreza y por supuesto buenas notas, me dan la sensación de haber llegado al ocaso y a la obsolescencia.

Ahora nos amenaza como una especie de Armagedón, entendido por algunas personas como el inicio de una catástrofe o conflicto apocalíptico y devastador, la inteligencia artificial, que para los más atemorizados deberá llevar a la extinción, destrezas como la redacción, las formas de investigación, la validez de autores, textos, conocimiento, certezas, aprendizajes.

Cuando nací el libro impreso ya llevaba 500 años de vida desde que el alemán, Johannes Gutenberg inventó y popularizó el uso de la imprenta y cambió el mundo en 1440.

El internet desde el 1969, generó otra revolución del conocimiento y en estos tiempos la Inteligencia artificial, según la apreciación de algunas personas, amenaza con extinguir el mundo para el cual me preparé.

Veamos si en nuevo mundo que amenaza con tomarse la vida inteligente en la tierra hay espacio para mí, que vengo desde el primitivismo tecnológico y la aceleración de la evolución científica y me encantaría participar del nuevo imperio de la Inteligencia artificial que está a las puertas o quizá ya esté entre nosotros, nos haya colonizado y se ha apropiado de nuestras vidas.

 

Jorge Mora Varela

 

  • Vicentinos: Así se conocía a los estudiantes de en su momento el Colegio “Vicente Fierro” de la Ciudad de Tulcán.

 

Imágenes tomadas de: Calculadora, Tablas de CopettiInteligencia artificial