LOS CANDIDATOS EN EL ECUADOR

LOS CANDIDATOS EN EL ECUADOR

La democracia Ateniense de hace 2500 años exigía la participación de los ciudadanos (los pocos que cumplían los requisitos para serlo), en la toma de decisiones, para bien o para mal, para continuar en guerra contra Esparta, para poner impuestos o para castigar a los enemigos de la polis, entre tantas obligaciones de este nuevo sistema de gobierno, la democracia.

El Ecuador existe como nación desde 1830, luego de la disolución de la Gran Colombia y desde su nacimiento sus gobiernos han navegado en este país hecho al azar, entre los inestables y precarios gobiernos democráticos, las dictaduras militares y la crónica manía de reinventar la constitución al parecer a la medida del gobernante de turno.

En este país, cada vez que se acerca un período electoral abundan los precandidatos, los candidatos y al final la masa electoral termina eligiendo “al mal menor”.

Por supuesto los resultados vistos desde el prisma de la historia, nos demuestra que el porcentaje de fracasos es mayor que los éxitos políticos, así lo demuestra el porcentaje de gobiernos que NO pudieron terminar el período para el cual fueron elegidos, que los militares de vez en cuando se han convencido, que la patria los llama y “han tenido” que asumir el poder para salvarla.

Dos siglos de intentar poner a caminar a alguien que no lo logra, entonces somos un país que vaga de forma consuetudinaria por la parte baja de la tabla de posiciones.

¿Por qué existen tantos precandidatos y candidatos?, ¿qué buscan?, ¿Por qué la mayoría de los que llegan fracasan?

En las noches trasnochadas llego a pensar con la misma lógica del equipo de fútbol que pierde: debían jugar los que estaban en la banca y yo a veces pienso, debían gobernar los que sacan el 1% de la votación.

El Ecuador de la segunda década del siglo XXI adolece de los mismos problemas estructurales de toda su vida republicana: tiene una sola fuente de ingresos fuerte, en este caso el petróleo, cuyos precios los controla el mercado especulador mundial, por lo tanto, sus recursos financieros dependen de los vaivenes de la política y las finanzas internacionales y NO los puede controlar.

Sus niveles de industrialización son incipientes y cada vez más alejado de la dinámica del desarrollo tecnológico mundial.

Está ubicado en la periferia del mundo y NO es centro neurálgico de nada, con niveles de deuda externa mayor a sus posibilidades de pago, con una educación deficitaria y niveles de desempleo que de forma inequívoca lo van a llevar al incremento peligroso de los niveles de violencia y la inseguridad.

Claro, el Ecuador en su mayoría es un pueblo de fe, ciega, pero fe, ingenua, pero fe, mágica, pero fe, que ha transformado la democracia en un acto de fe, donde de forma obligatoria vamos a votar, para elegir a un salvador, para que nos salve.

Un país donde abundan los candidatos, un grupo de personas que me intrigan, no se si se sientes capaces de dar respuestas efectivas para colocar al país en la vía que lleve a mejorar la calidad de vida, las posibilidades y oportunidades para la población, o un grupo de ingenuos que de verdad se creen salvadores o un grupo de cínicos que intentan aprovecharse de la población en su mayoría ingenua y limitada en sus conocimientos, para tomar de forma desaprensiva y dolosa los recursos y enriquecer de forma vergonzante e inaceptable a su amigos y patrocinadores con los recursos que deberían ser sagrados, porque son el patrimonio y tabla de salvación de toda la población.

Ahora de cara a un nuevo proceso electoral donde deberemos elegir entre personas capaces y que deben tener una oportunidad (ojalá), los que se sienten elegidos e iluminados para salvarnos o los vulgares delincuentes en busca de una oportunidad para saciar de cualquier manera sus voraces e impresentables apetencias

Y así nos va.

 

Jorge Mora Varela.