ANIBAL BENAVIDES

ANIBAL BENAVIDES

 

Un ser humano no puede ser reducido a una estadística, la desaparición de una persona, no debe convertirse en un simple registro para afirmar una tendencia y crear una campaña.

#No más ciclistas muertos.

#EnLaBiciVaUnaVida

Un ser humano es una persona que, en su existencia, tiene la posibilidad de crear una serie de variables que lo llevan a marcar su propia estampa, a su manera que se manifiesta en su forma de ser, en su familia, sus amigos, su actividad económica, sus pasiones, sus ilusiones, sus expectativas y sus sueños.

Por esta razón quiero resaltar la vida de mi amigo Aníbal Benavides a quien conocí en el mundo de los campamentos, un maravilloso jovencito de mirada vivaz y una enorme sonrisa.

Y así es la vida, en su dinámica y su paso que no puede detenerse, con el pasar de los años, de la mano de Tania y de sus hijas seguía siendo ese hombre de mirada vivaz y una enorme sonrisa.

¿Cómo no creer en una persona como Aníbal, su compañera y su familia, si le regalaron a la ciudad de Tulcán su presencia en los campamentos como los “papás”, con todo el valor simbólico de lo que significa, luego de ser los niños, los jóvenes guías y construir su familia en el “arte de amar y servir”, como reza la letra del himno campamentista?

Por estos detalles de los cuales pude ser testigo quiero manifestar mi profundo pesar y que debe ser insignificante en relación al inmenso dolor que deben sentir sus allegados más cercanos, por la repentina e inesperada desaparición de Aníbal.

No quiero caer en los lugares comunes, esas frases gastadas que fluyen con demasiada facilidad y simpleza cuando se presenta la muerte.

Solo quiero que su esposa y sus hijas se sientan cobijadas, protegidas y seguras, por la vida, las ideas, los principios, las convicciones y las pasiones que de forma intempestiva les dejó su esposo y padre y que hoy más que nunca deberán convertirse en la fortaleza dónde podrán refugiarse y tomar valor para seguir viviendo.

Y que la ciudad, sus autoridades, sus deportistas, su gente, no solo se conformen con extender las condolencias, sino que estos acontecimientos desgarradores e injustificables como la muerte de Aníbal Benavides sirvan para pensar y construir una ciudad más segura, más amable, más respetuosa e inclusiva, porque la desventura sin retorno de mi amigo, permita proteger la vida de otros jóvenes que arriesgan su vida cada vez que salen de casa cada mañana para ser felices.

 

Jorge Mora Varela

 

No he podido dejar de pensar en mi amigo Wilo, su esposa Mónica y sus queridísimas hijas cuando he pensado en Aníbal, Tania y sus hermosas hijas, a quienes también les envío mi afecto.