LOS ECUATORIANOS Y LA PARADOJA DE GANAR O PERDER EN EL DEPORTE

A propósito de los resultados de la penúltima etapa del Tour de Francia 2020.

 

LOS ECUATORIANOS Y LA PARADOJA DE GANAR O PERDER EN EL DEPORTE

 

Cuando uno de los nuestros, gana en el Olimpo del deporte internacional, es hermoso salirse de la ropa, extraviar la compostura, perder el sentido de las proporciones, exagerar, magnificar, insultar al otro, ostentar absurdos complejos de superioridad y darle rienda a la sinrazón.

Queremos que el héroe deportivo sea solo nuestro, entonces escribimos, gritamos o reenviamos por las redes sociales frases divisionistas, independentistas o excluyentes y agresivas.

Y con este fervor calenturiento con el que vivimos las victorias que nos lleva a agradecerle por sus triunfos, también nos adjudicamos como propias las derrotas de estos mismos héroes del deporte, las asumimos como una afrenta, como una falta grave que no tiene perdón, que el día anterior nos hacían tocar el cielo de la gloria deportiva  y a vuelta de página "nos llena de dolor y de vergüenza".

Hay algo en la vida que NO nos gusta, pero que es necesario, EL EQUILIBRIO, para poner en la justa medida el triunfo y la derrota.

Los triunfalismos exagerados, hace que convirtamos a los deportistas en seres fuera de la realidad, social, política, económica, con salarios privilegiados y desmedidos que ahondan la desigualdad social, son los futuros candidatos-autoridades donde muestran sus carencias formativas, ideológicas y académicas, porque se prepararon para ser deportistas, no autoridades.

Los derrotismos exagerados e injustificados que nos hacen proclives a los insultos racistas, homófobos, machistas, que buscan herir y lastimar quien en teoría tiene la obligación de darnos ganando, o de hacernos “quedar bien”.

Qué bueno que haya otros mejores que nosotros, eso impulsa al ser humano a luchar y a desarrollar el espíritu combativo para enfrentar la vida con todo, todos los días.

En lo particular me gusta el trabajo diario, el camino, el esfuerzo y a veces la cima, ese extraño lugar donde lo más probable es el mareo y donde lo más peligroso es el mareo colectivo que depende de los logros o las derrotas de un tercero, por más que creamos que las victorias son nuestras porque nos representa y por ello, el deportista tiene la obligación de ganar para sus seguidores.

Me alegra que los deportistas sean seres humanos y no semi dioses infalibles, como tales solo participen de los avatares de la vida y lo hagan por ellos mismos, para si mismos y si pueden triunfar compartan sus éxitos con alegría y si pierden no tengan que dar excusas ni explicaciones a nadie, porque es su vida, les pertenece solo a ellos y así debe ser.

 

Jorge Mora Varela

 

Imagen: Falicon