SERES IRRELEVANTES E INNECESARIOS

La conmemoración del primero de mayo como el día del trabajo tiende a la obsolescencia de frente a la nueva realidad global que descubre que, en el entramado social de cualquier parte del mundo, se tienen cada vez más:

SERES IRRELEVANTES E INNECESARIOS

Desde hace algunos años el filósofo italiano Umberto Galimberti y en estos tiempos el historiador israelita Yuval Noah Harari, sostienen que las sociedades de cualquier parte del mundo tienen cada vez más seres irrelevantes e innecesarios.

Seres de todas las condiciones, inclusive los que alcancen altos niveles educativos, el mundo no los necesita y por lo tanto no tienen opciones de ser parte del mundo del trabajo, entonces la razón de ser del día del trabajo perderá su sentido, porque las protestas que luchaban por NO ser explotados, por alcanzar reivindicaciones laborales, económicas y sociales serán cambiadas por la sinrazón de NO ser útiles, de NO tener posibilidades de acceder al mundo del trabajo.

 

El efecto del cambio tecnológico, económico y político del siglo XXI, que se vio acelerado por la presencia de la pandemia covid 19, rompió algunos paradigmas, los contenidos de algunas asignaturas, las creencias, las propuestas políticas, los planes de gobierno, los ejes del poder político, la supuesta solidez económica de algunos y desnudó la pobreza vergonzante de otros tantos.

La realidad laboral del desconcertante y perverso 2020, dice que serán millones de personas que perderán sus puestos de trabajo y la posibilidad de que las nuevas generaciones ingresen al mundo laboral serán escasas y difíciles de alcanzar.

Entonces permanecerán como signo incontrastable del fracaso de la sociedad de cualquier tendencia política, ideología o credo, como una forma grotesca de protesta y de denuncia, regados sobre el pavimento de plazas, fábricas, oficinas, universidades, miles o millones de seres irrelevantes e innecesarios.

Entonces los gritos de “abajo las políticas neoliberales”, “por la defensa de los derechos laborales” o la exigencia del “cumplimiento de la ley y la constitución”, perderán su vigor y su vigencia frente a la negación del derecho al trabajo de millones de seres humanos, para quienes el futuro en el campo laboral simplemente NO existe.

 

Jorge Mora Varela