YO RECLAMO EL DERECHO A LA CONTEMPLACIÓN

YO RECLAMO EL DERECHO A LA CONTEMPLACIÓN

No es posible negar la realidad de la muerte, es parte de la vida.

El pragmatismo apoyado en el naturalismo señala con crudeza, que nacemos, crecemos, nos reproducimos y deberemos morir, como las cuatro etapas del ciclo natural de la vida de los seres vivos.

Los seres humanos,  que tenemos conciencia de estar vivos y de la finitud de la vida, intercalamos entre estas etapas una serie de argumentos como los estudios, el trabajo, las relaciones, la economía, los logros de cualquier orden para buscar la trascendencia y de alguna manera escapar de la muerte y del olvido.

Yo reclamo el derecho a la contemplación, definida como aquella etapa que permita mirar hacia atrás y poder reflexionar de manera serena, detenida, e íntima sobre los pasos andados.

El derecho a la contemplación, como un proceso necesario, para encontrarle el sentido de la vida, disfrutar de las miradas, palabras, abrazos, personas, lugares, cimas, encuentros, combates, victorias, derrotas, presencias, ausencias, para tener la claridad que requiere caminar hacia el horizonte de una tarde de domingo.

Me gustaría hacerlo, habiendo disfrutado del placer de la contemplación como un largo momento catártico, clarificador, sanador y orientador, necesario por mi condición de ser humano, con la capacidad de pensar, de saberme vivo y de estar consciente de la finitud de la vida.

Y asumir el atardecer con los argumentos que quiera o necesite, solo eso; darle una mirada serena a la vida recorrida, para entender y asumir la realidad de haber nacido para morir.

 

Jorge Mora Varela