Las Cosas Que Odio.
Insististe para que el dormitorio apuntara al amanecer,
sembraste un árbol debajo de la ventana,
quemaste el desayuno cada mañana a las 6,
limpiabas mal,
tardabas demasiado en la ducha
nunca aprendiste a tender la cama,
tu música siempre estaba muy alta
tu risa ahuyentaba a los perros
pasé años intentando que aprendieras los modales de las damas
y cuando por fin me rendí,
tu te fuiste…
Ahora por tu culpa, por tu malita ausencia odio todo!
Odio el sol que siempre encuentra una hendija por donde colarse,
odio a los pájaros que viven en tu árbol y que me despiertan antes del amanecer
odio que el pan sin sabor a humo y al café con el dulce perfecto,
odio las repisas limpias.
Sobra demasiada agua en la ducha,
es imposible dormir sin arrugar las sábanas primero.
El silencio de esta casa es insoportable,
tu risa ya no ahuyenta a nadie,
Y ahora me visitan demasiado…
Te extraño imperfecta.
Extraño tu cara que se iluminaba con el sol cada despertar,
extraño tu amor por aquellas aves cantarinas,
extraño tus giros de bailarina en medio de la cocina
que no te permitían atender la hornilla.
Extraño tu desentonada voz,
y tus descoordinados pasos de baile mientras sacudías.
Extraño tu falta de gracia para combinar los colores de los atuendos.
Para ti todo tenía gracia,
Cualquier cosa te provocaba risa,
Y ya no estás…
Por eso te escribo esta carta,
para decirte que allá voy,
que me esperes como siempre
con el pan quemado y tus vestidos floreados.
Allá voy mujer,
no te vayas a mover;
después de todo lo que más extraño
es aquello que hiciste conmigo
un hombre que no puede vivir sin ti.
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Por: Daniela Mora Santacruz
