CON LAS PÁGINAS ABIERTAS
Liberemos a la fuerza y el poder,
que dormitan enclaustradas,
entre las paredes obscuras,
de los libros clausurados.
Exijo las páginas abiertas de todos los tratados,
permitámosles, la libertad sin condición,
para que cuenten su vida y sus historias,
sus amores,
sus anhelos y sus sueños,
sus luchas, sus miedos y enemigos,
su voz y sus palabras,
sus escritos,
testimonios de su tiempo y,
de la historia de sus pueblos,
Aunque mantener las páginas abiertas, es un acto de osadía,
que puede menoscabar la autoridad de los elegidos,
aniquilar a sus dioses,
desnudar y avergonzar a sus héroes,
deshacer las fronteras, y borrar sus enemigos,
abrir los grilletes en las cavernas,
donde han sometido por siglos a sus rebaños y,
regalarles la luz y la libertad,
con el poder de las palabras escritas y,
su potencial liberador.
Solo los libros abiertos de par en par pueden,
derrocar, reconstruir y pintar el mundo a su manera,
franquear las puertas y dibujar a su antojo los caminos,
volver a la vida y dejar hablar a sus muertos,
tantas veces cuantas sean necesarias,
donar lápices de colores a los que se atreven a mirarlas,
para sobrevivir y multiplicarse y,
vencer a la tiranía, de los que viven a costa de la ignorancia,
que lacera, que posterga y que asesina,
Entonces un libro abierto es un aliado vital.
Para la libertad,
para el valor,
para el honor,
para la ternura,
para el placer,
para el enojo,
para las gestas libertarias,
para apaciguar las culpas,
para extender la mano a los otros,
para que no se cierren nunca más.
Jorge Mora Varela