EL GALLO

EL GALLO

Lo mismo sucedió otra vez con otro huésped al que también hospedaron de buena manera. Se levantó lo más madrugado posible para continuar con su viaje. El dueño de casa le dijo:

-No se vaya tan temprano, espere a que cante el gallo.

El huésped contestó:

-No se preocupe, en el camino me ha de ir cantando, y se alejó agradeciendo la posada. Los dueños de casa se durmieron nuevamente y esperaban que cante el gallo para levantarse, porque esta ave es el reloj de los campesinos, canta cada hora a partir de las tres de la mañana. Pero en esta ocasión el gallo no cantaba.

Entonces los adormilados anfitriones, recordaron las palabras del malagradecido huésped: "en el camino me ha de ir cantando".

 

Dibujo: Ítalo Rafael Manoslvas Folleco

 

Tomado del Libro “MEMORIAS DE MIRA”
Autor: Rosa Cecilia Ramírez Muñoz