En política, las armas secretas para vencer también caducan.
El progresismo en sus años de furor juvenil, sintiéndose jóvenes y todopoderosos, capaces de encender los corazones y provocar el deseo de la población que despertaba a las ideas políticas, abrieron la posibilidad del voto facultativo a partir de los 16 años, porque ellos eran el paradigma de la belleza, de la juventud y de las ideas políticas de avanzada.
Este domingo 20 de agosto de 2023 es un día feliz para mí, porque luego de más de cuarenta años, mi voto es facultativo.
Y es esa libertad para sufragar es la que me permite el deseo de elegir sin tener que pensar en la obligatoriedado la necesidad de obtener el “certificado de votación”, como la premisa que esta vez me lleva a las urnas.
Desde el año 1979 he sufragado, cuando al Ecuadorvolvía la democracia, y desde ese entonces tengo el deseo de votar en libertad y ese ejercicio cansón de ir y volver a las urnas con la premisa del voto obligatorio y el consabido “certificado de votación” que la obligatoriedad del voto te lo exige cada vez que tienes que debes transitar por los tortuosos caminos de la burocracia.
La muerte de Fernando Villavicencio debe germinar en un mito o debe limitarse a ganar la presidencia
La muerte violenta de un ser humano que ejerce el hecho político, por órdenes expresas de sus enemigos políticos o NÓ eso deberá determinarlo las investigaciones, por supuesto este crimen es un evento difícil de aceptar, de asimilar, es un hecho doloroso y desgarrador, porque un ser humano que se dedica a la política capitaliza un cúmulo de expectativas, de esperanza, de anhelos y los de sueños de vastos sectores de la población del país, amén del daño permanente y el dolor de la familia de la víctima de la violencia.
La muerte del candidato a la presidencia del Ecuador se dio a un par de semanas de las votaciones en primera vuelta y hay que reaccionar de forma inmediata, el código de la democracia pide que se lo reemplace por otro nombre, los contrincantes políticos, se miran, se reacomodan y deben medir el impacto de la muerte de su contrincante.
Algunos sienten alivio, otros intentan capitalizar el espacio del candidato asesinado y sus partidarios, y amigos deberán capitalizar la imagen de su candidato para intentar ganar las elecciones.
El momento incómodo del debate de los candidatos a la presidencia del Ecuador empezó por la construcción de las preguntas, que, desde mi punto de vista, tienen fallas estructurales y de forma; de manera que he decidido comentarlas y señalar lo que considero debería ser al menos sujeto de revisión de forma y de fondo por sus autores el Comité Nacional de Debates bajo la responsabilidad del Consejo Nacional Electoral (CNE), en la redacción de las preguntas para futuras discusiones preelectorales.
La evidencia dice que algunas de las preguntas no fueron neutralesy que estaban cargadas de un sesgo ideológico que está reñido con el espíritu democrático que supone un debate entre candidatos de diferentes orientaciones política.
Una "pregunta sesgada"influye en la respuesta de los candidatos y esto hace que contesten algo que sea “políticamente correcto” de cara a la audiencia, pero que no refleja lo que piensan o sienten.
De hecho, existen preguntas que parecen expresar no una opinión sino un veredicto de verdad absoluta e irrebatible con que los creadores de la pregunta que al parecer quieren que los candidatos compartan.
Algunas preguntas están hechas de manera que impiden la diversidad de criterios, los candidatos deben tener la oportunidad de expresar sus opiniones en libertad y que no se alineen con el intento de manipulación implícita en la pregunta.
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Estigmatizar, ridiculizar y agredir, la vieja fórmula del éxito del cine gringo, lo volvió a hacer
He conocido una serie de análisis de todo tipo, desde el punto de vista del marketing, desde la sicología, la sociología, desde las teorías del wokismo.
Desde mi punto de vista, la vieja fórmula del éxito del cine norteamericano lo volvió a hacer: estigmatizar, ridiculizar y agredir al enemigo de moda y listo.
Estigmatizar a una persona o a un grupo social es asignarles características o atributos que hace sean considerados inferiores, inaceptables o negativos. Por lo tanto, los sujetos estigmatizados son discriminados y rechazados, potenciales víctimas de agresiones verbales o maltrato físico aceptadas por ser “políticamente correctas”.
A principios de la historia del cine, los enemigos eran los “indios salvajes”de la sabána norteamericana, a quienes había de perseguir, asesinar y desaparecer, para llevar la civilización blanca al oeste norteamericano.
Cuando el argumento se acabó fueron los“negros” a los que había que estigmatizar como delincuentes, viciosos, drogadictos a los que se tenía el deber de perseguir, meter a la cárcel y llevar a la silla eléctrica.