Noviembre 17 de 2003
Extracto Mi deseo por esta noche II parte
Cuando empezó a llover las llamaradas de gloria a un canto de los tiempos de Acuario, besaste mis párpados despiertos, pero soñando con la Iniciación en los misterios.
El mago encarnaba las fuerzas en este pobre cuerpo decadente que tú lavaste con gran trabajo allá abajo en la Estigia.
Me alejé en medio de las saladas ondas del mar en brazos de la Stella Maris, y me rodé con mis sueños por ahí, en la secreta casa de Kéter, el Anciano de los Días.
Deseé los labios tuyos para dormir nunca y lograrme loco, estrictamente loco de amor como para arder y quemar mi propio cuerpo, mismo que una vez ya murió.