LA GENEROSIDAD Y LA SOLIDARIDAD HECHO MUJER

LA GENEROSIDAD Y LA SOLIDARIDAD HECHO MUJER

La partida de la entrañable Maribel del Valle, cierra un círculo de amor, de generosidad, de manos abiertas de la cual mi madre y nosotros sus hijos fuimos quienes en primera persona pudimos recibir y disfrutar cuando más lo necesitabamos.

maribel 

Es imposible en la historia de nuestras vidas, la de mi madre, mis hermanos y mía, no reconocer por ejemplo la apertura de Doña Blanca Espinosa, sus hijas, Carmita, Fanny y una pequeña niña Maribel, ellas, con derroche de empatía, esa era la manera en la que expresaban el afecto y la bienvenida, con su sonrisa, ellas y ellos, para nosotros con sus manjares de sabor único e irrepetible, con una conversación afable y dispuesta, con el corazón.

Esa herencia de solidaridad, de Doña Blanca, la pude ver de cuerpo entero en Maribel y su cercanía a mi madre en sus horas álgidas, cuando la vida le dijo basta y allí estaba ella Maribel, para acompañarla, para aliviarla, para calmarla y serenar el paso de mi madre al más allá.

Hoy Maribel ha dado el paso a la eternidad y lo ha hecho a su manera, serena, tranquila, porque como lo diría Antonio Machado en la voz de Serrat:

Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.

 

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Entonces es un gran momento para decirle a Maribel, a su abuela Blanquita, a su madre Carmita y todos los miembros de esta inolvidable casa:

Gracias, por la generosidad, la solidaridad y el afecto, valores que los necesitamos y los valoramos tanto.

 

Jorge Mora Varela

 

Imágenes tomadas del los archivos familiares