EN LUGAR DE ESTAR OLIENDO MIERDA

EN LUGAR DE ESTAR OLIENDO MIERDA

 

Como un gesto de rechazo,

y con la libertad para volver la espalda.

 

Con decisión de limpiar el espíritu,

y ejercer el derecho de respirar en paz.

 

Deseo ignorar a quienes lucran por revolver la mierda,

todos los días, a toda hora, por todos los medios.

 

E ignorar a los que por décadas huelen a podredumbre,

y lo hacen como espectáculo de masas.

 

Esos que al parecer nacieron con la licencia de la impunidad,

Y que al parecer tienen el privilegio de entretener,

con el triste espectáculo de sus infamias,

con el olor de sus propios excrementos.

Hasta volveremos a ver

Hasta volveremos a ver

Cara a cara.

 

Yo decidiré,

donde pondré la mirada y,

hacia donde orientaré mis pies,

y será donde me lleve el alma.

 

Iré tras todos los caminos que ilumine el sol,

aunque tengan muchas huellas,

aunque tengan muchos nombres,

aunque sean el sueño de tantos.

 

Para resignificar mi vida,

para reinventarla cada día,

como la obligación de cada amanecer,

como la oración de cada anochecer.

TULCÁN A MI MANERA

Para describir a mi pueblo NO necesito adjetivos ni adverbios.

TULCÁN A MI MANERA

 

Al otro lado del monte,

como si permaneciese de espaldas a la patria,

escondido entre las nubes,

entre los vientos y el frio,

permanece mi pueblo,

en silencio y en vigilia.

 

Sus calles y sus plazas,

olvidadas de la historia,

tienen prisionera la memoria,

cautiva entre sus cañadas,

donde no llegará jamás la brisa del mar,

ni los ocasos del sol en el océano.

MI MADRE

Solo es posible apreciar la belleza de los libros,

cuando se inician y se terminan de leer.

 

MI MADRE

 

La historia de mi madre se empezó a escribir en el 1.937 y cerró su última página en el 2.019.

 

Sus hojas embellecen e iluminan los espacios vitales de mi vida.

En ellas hay testimonios de valor y de ternura,

de coraje y de sabiduría,

de dolor y de desesperanza,

de fe y de abandono,

de compañía y de silencio,

de generosidad y de paciencia,

de soledad y de compañía,

de lágrimas y de sonrisas,

de firmeza y de dulzura,

de vida y de muerte,

ESTOY ATRAPADO EN EL DÍA DE LA MARMOTA

ESTOY ATRAPADO EN EL DÍA DE LA MARMOTA

 

En los días de abril del año 2.020, me siento atrapado en la prisión del tiempo, al igual que el personaje del “Groundhog Day”, la historia del meteorólogo de la televisión que mientras cubre el evento anual del “Día de la Marmota” en un pueblo de Pennsylvania, se encuentra aprisionado en un ciclo de tiempo, repitiendo el mismo día una y otra vez, sin poder escapar ni siquiera del suicidio; siempre amanece y los días se repiten de la misma manera.

En esta oportunidad el celador es invisible, mortal, infunde temor, se burla de los líderes del mundo y de sus científicos, en apariencia es indomable y esto hace que yo me sienta atrapado en la repetición monótona y cansina de la rutina diaria, levantarme, subir a la rueda del hámster y correr en una carrera que no me lleva a ninguna parte, hasta hacerme perder la esperanza de escapar de la prisión del tiempo y el espacio.

 

La pesadilla empieza cuando abro los ojos y todo va de nuevo, el desayuno, el computador, las mismas riñas tontas e inútiles de los miserables consuetudinarios que inundan las redes sociales, con discusiones eternas, repetitivas e inútiles.