DON FAUSTO ALMEIDA CÁRDENAS Y LAS VOCES DE LA CIUDAD DE TULCÁN

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                                        Un sentido homenaje a Don Fausto Almeida Cárdenas y en él a los comunicadores de Tulcán y del Carchi de todos los tiempos.

 

DON FAUSTO ALMEIDA CÁRDENAS Y LAS VOCES DE LA CIUDAD DE TULCÁN

El Tulcán de mis recuerdos y el de mis amores, el que se construyó a partir de la segunda mitad del siglo XX, permiten el nostálgico y entrañable relato, porque se vivió con la compañía de sus emisoras y sus personajes que día a día iban con nosotros desde los radios de tubos en casa o los pequeños radios de transistores en nuestras manos, la Radio Ondas Carchenses y la Radio Rumichaca, las voces inconfundibles de Don Fausto Almeida y Don Carlos Gualberto Cabezas.

Ellos luchaban palmo a palmo para captar la mayor audiencia de una ciudad que despertaba a la modernidad. Don Fausto y su voz hegemónica en las mañanas, la lucha por la audiencia de la tarde entre los 1400 y los 1250 kHz de la Ondas Carchenses y la Rumichaca y las noches para el amor con el inolvidable programaDe él para ella y de ella para él” con el recordado e inigualable Rommel Renán Fuentes.

Esas voces y esos espacios de noticias, esos comentarios, esa música, acompañaron nuestras vidas, la adornaron, la embellecieron.

Hoy la muerte de Don Fausto Almeida, trajo a mi memoria de manera diáfana, los hermosos momentos de mi niñez y juventud, en casa con las noticias, los partes mortuorios con el sello inconfundible de Don Fausto, por las calles de nuestro pueblo, en la radio de cada automóvil de las unidades de la Rápido Nacional o de la Atahualpa que jugaban con el dial entre las dos emisoras de la ciudad.

En cada esquina donde esperábamos que la mujer de nuestros sueños, la hermosa colegiala que por las tardes caminaba por las calles de la ciudad que la devolvían a casa y que esperábamos que por las noches se dejasen llevar por la magia de la música romántica que sonaba casi a escondidas, como un secreto entre pecaminoso y prohibido que llevaba la radio, para pedirle a la hermosa mujer que asome su rostro por la ventana y encienda una luz de esperanza para construir con ella una fantástica historia de amor.

Esas fueron las huellas que dejaron las radios AM en Tulcán que hoy con la muerte de Don Fausto Almeida Cárdenas, se cierra para mí una etapa inolvidable que testifica un maravilloso tiempo donde fuimos tan felices.

 

Jorge Mora Varela

Imagen del archivo cortesía de: Laureano Fueltala @LoboTulcan