Jorge Mora Varela
una manera de interpretar la historia
EL ECUADOR
A PROPÓSITO DEL 24 DE MAYO O DEL 9 DE OCTUBRE, da igual.
La historia de la República del Ecuador se la ha escrito desde una concepción antojadiza, parcial y maniquea, que señala y estigmatiza a los buenos y a los malos.
Los buenos, los vencedores por lo general militares a quienes llamamos patriotas, capaces de entregar la vida y derramar su sangre por el país, en una especie de holocausto entregado a Dios quien mira y acepta el sacrificio, de estos héroes de hierro, invencibles, quienes lograron la victoria y alcanzaron la libertad, a los que había que elevar monumentos, designar las calles y las plazas con sus nombres.
Y los malos, el yugo conquistador, portador de la injusta y la horrenda desgracia como un peso fatal sobre el país, un monstruo sangriento, un león destrozado lleno de impotencia y que ruge de despecho, el sucumbir del fiero español.
Así reza el Himno Nacional de la República del Ecuador.
Una manera de escribir la historia, que raya entre lo mítico, lo heroico, lo políticamente conveniente o lo necesario para construir un país hecho al azar, el “Ecuador” y como efecto secundario abona en la construcción de la “Leyenda negra española”.
Propongo una manera diferente de leer e interpretar la historia de un territorio que tiene que entenderse, para consolidarse, para ser país, el ECUADOR, único, solo e indivisible, porque ni el 24 de mayo ni el 9 de octubre han servido para tal.