José Alfredo Endara Bolaños

El ser humano es el árbol del pensamiento que crece con el arte. (José Endara)

Mirar fotografías antiguas en blanco y negro es retroceder el tiempo y reencontrarse con la falda larga, el poncho, el pañolón, el sombrero, es recordar o escuchar de aquella arquitectura hermosa que fue lamentablemente demolida, observar imágenes antiguas es traer al presente grandes personajes que dejaron huellas positivas en el Carchi.

Guido Rosero Mora

El verdadero maestro es aquel que deja huellas positivas en la mente y corazón de sus estudiantes. (Guido Rosero)

El arte nos permite encontrarnos en el tiempo, querido hermano Guido nos enseñaste que la vida es la destreza de dibujar sin borrar, que el color de la hermandad es la alegría del corazón y la humildad se la pinta todos los días con la mano extendida, abierta y generosa. Te fuiste ñañito Guido a buscar colores más puros, más luminosos en la casa celestial que el Señor da al llegar a su morada.

LUIS ROSERO MORA UN CARCHENSE SIN PAR

Viene de una buena cantera de artístico corazón, su padre fue un venerable pintor que por la belleza de su alma y en los ojos su expresión, azules como el firmamento acuarela del Creador, a don Julio Cesar Rosero Revelo “Lindojo” le decían con amor, en el Tulcán de los señores, él era un gran señor.

Su madre doña Mercedes Clementina Mora Burbano tenía en las manos la habilidad innata de hacer máscaras exquisitas, para galas y carrozas de los pregones en las callecitas, fue la matrona de este hogar de nueve hijos e hijas talentosos artistas que un reconocimiento ameritan.

Los padres de Luis Rosero Mora con ejemplo impecable le dieron un bello destino: Desde chico hacía pájaros con colores que copiaba de sus plumas con tal gracia, que a los siete años ya expuso en la escuela y a los catorce en las aulas.

Luis Enrique Fierro

“Para encontrar la luz, basta en veces la inmensa soledad de la palabra”.

SILENCIO

Si volvieras Madre,
tendrías razón en decir que somos ya
contemporáneos en tristezas;
han caído los años a la sangre,
en el barrio y en la casa
en la que crecimos juntos,
se van sintetizando las estrellas
acá, no ha ocurrido nada nuevo,
los mismos parques y las mismas calles
trazadas paralelas a la angustia.

(Estrofa de la poesía Silencio)