A MISILAZOS

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La violencia y la estupidez de los pueblos de la biblia:

Si zanjásemos nuestras diferencias como los palestinos y los israelitas:

 

A MISILAZOS

 

A principios de mayo 2021, en la ciudad de Jerusalén, se produjeron altercados a causa de una sentencia judicial del Tribunal Supremo de Israel que ordena el desalojo de cuatro familias palestinas que residen en unos terrenos en disputa desde hace varios años en un vecindario de esta ciudad.

Los disturbios se desplazaron hasta la explanada de las mezquitas, que la policía pretendía evitar que el final del Ramadán fuese utilizado como pretexto para nuevos enfrentamientos.

En las explanadas de la mezquita de Al-Aksa se reunieron miles de fieles y aquello dio lugar a nuevas protestas, esta vez mucho más violentas.

Y meses después siguen los conatos de violencia ciega, incapaz de lograr acuerdos, de sentarse a hablar como personas civilizadas. Nada.

Entonces, lo que había empezado como un asunto local de poca importancia se convirtió en una batalla campal con implicaciones políticas e impacto internacional.

Y el desenlace que lo conocemos en todo el mundo y que fue transmitido en tiempo real como si fuese una película de guerra de dibujos animados. Las milicias Palestinas de Hamás desde la Franja de Gaza atacaron con cohetes hacia Jerusalén y sin que llame la atención a nadie el ejército israelita respondió con misiles a los asentamientos humanos en Palestina, con víctimas mortales y heridos.

En el polvorín que significa el Medio Oriente, dónde cualquier provocación puede desencadenar en cruentos enfrentamientos, que abonan a los infinitos conflictos en estas “tierras sagradas”, cuna del judaísmo, el islamismo y el cristianismo, que predican la paz pero que desde hace un par de milenios son el germen de violencia, intolerancia y muerte.

Hasta podría atribuirse estos momentos de tensión social a la misma pandemia que en estas regiones como en cualquier parte del mundo han desbastado la economía, con el consiguiente aumento del desempleo.

Traigo a colación este incidente para mirar cómo han evolucionado la solución de los conflictos.

No se si sea preferible, disputar las diferencias en los tribunales o tal vez a puño limpio o con palos y con piedras.

Ni siquiera a balazos.

¿hacerlo a misilazo limpio, con víctimas inocentes como los niños asesinados?

Como un espectáculo de fuegos pirotécnicos, que no muestran los rostros de la muerte, transmitido en vivo y en directo y la indiferencia general.

Hechos como estos, me hacen pensar en lo peligroso de las políticas armamentísticas, tan proclives en cualquier parte; llenar de armas al mundo y el consiguiente peligro de solucionar hasta las pequeñas diferencias con tecnologías de guerra, digitales carísimas, peligrosas y que nunca muestran los rostros de la muerte y que en ello estriba su peligrosidad, porque elimina el feo espectáculo de niños que pierden la vida, destrozados, olvidados e invisibilizados.

Y en este caso los conflictos una vez más vienen desde los pueblos dónde nacieron las religiones y que marcan, rigen nuestros principios de vida y nuestra espiritualidad (judíos, musulmanes y cristianos), no los culpo, solo lo señalo su responsabilidad, poner de moda su criminal y ciega manera de solucionar sus diferencias: a misilazos.

Colofón:

Una crítica a los pueblos dónde nacieron las religiones y domingo a domingo, nosotros en misa leemos la historia sagrada de estos pueblos conflictivos que luego de miles de años NO terminan de pacificarse.

Jorge Mora Varela

 

Fotos: