LA HISPANOAMÉRICA MESTIZA

Luego del regreso de Colón a Europa en el año 1493, se corrió la voz que en las tierras lejanas a las que habían llegado los navegantes, había mujeres hermosas que tenían las “tetas al aire”.

 

LA HISPANOAMÉRICA MESTIZA

 

Cuando Cristóbal Colón (1.451 - 1.506), tuvo el financiamiento de los Reyes Católicos, buscaba por el otro lado del mar “Cipango y Catai”, las tierras de Japón y la China que había descrito Marco Polo y buscaba un modo alterno a la ruta de la seda que estaba en manos de los turcos al ocupar Constantinopla.

Cuando salió del puerto de Palos en agosto del año 1.492 lo hizo con 90 hombres a un viaje incierto y tuvo dificultades en formar una tripulación, porque pretendía llegar al lejano oriente por el otro lado y no había antecedentes conocidos de otras aventuras de este tipo.

Colón era un navegante en búsqueda de riqueza y creía que había llegado al destino que él esperaba y encontrar “especies”, oro, seda y todos los tesoros que ofrecía el oriente, a cambio encontró nativos, primitivos en islas dispersas.

Regresó a Europa con seis indígenas, al llegar se corrió la voz que en esas tierras lejanas había mujeres hermosas que tenían las “tetas al aire”.

Para el segundo viaje, en el año de 1.493, salieron a estas tierras extrañas 17 naves y los voluntarios para ir en ellas, disputaban a golpes por un puesto; iban al encuentro de este mundo que deseaban mirar a cualquier precio.

En estas expediciones, Colón no lograba encontrar las riquezas que llegaban a Europa por la ruta de la seda, ni oro no seda, ni especies, solo humanos primitivos. Entonces decidió que la riqueza la construiría con la esclavitud de los habitantes de los lugares que iba encontrando.

Empezaron a llegar a la Ciudad de Sevilla, las naves con esclavos, que Colón decía que eran prisioneros de guerra, como el argumento que permitía esclavizarlos.

La Reina Isabel hizo estudiar el caso y en el año 1.500 ordenó que fueran todos liberados y repatriados a los lugares de dónde venían.

El encuentro entre los dos mundos, el europeo, marcado por el catolicismo a raja tabla, con el control absoluto de los hombres y mujeres por la iglesia y el mundo indígena, con otra cosmovisión, sin el monoteísmo controlador de los recién llegados, con un estado natural, esto provocó el inicio del mestizaje de forma inmediata.

Los conquistadores podían ejercer la sexualidad con libertad con las hermosas mujeres caribeñas, de los pueblos costeros y de todo el continente que se acababa de descubrir.

Sin embargo, los indígenas morían con rapidez, los nativos NO tenían las defensas para las enfermedades que portaban los europeos, la viruela diezmaba la población de manera acelerada, de manera que en el transcurso de 100 años la población nativa disminuyó en el 90% y los europeos llevaron a su continente la sífilis y las enfermedades de transmisión sexual.

En el año 1.504, en su testamento, la Reina Isabel la católica, dispuso que los nativos del nuevo continente NO reciban agravio alguno en sus personas, ni a sus bienes y que sean bien y tratados con justicia.

En el año 1.511, el rey Fernando el Católico encargó un estudio jurídico-teológico, que concluyó que la guerra contra los indígenas sólo será justa “cuando sus caciques y jefes prohíban la libre conversión de sus súbditos al catolicismo, para desterrar inhumanas costumbres, como el canibalismo o los sacrificios de personas a los dioses”.

En el año 1.514, el rey católico estaba preocupado por la poligamia y el amancebamiento de los españoles con las nativas americanas, entonces dispuso una medida administrativa, para controlar el comportamiento sexual de los que tenía la misión de realizar la conquista, entonces dispuso la “Real Cédula” que autorizaba el casamiento entre los españoles y las nativas indígenas.

Pero nadie le hacía caso, los conquistadores, ellos NO querían esposas, sino “muchas novias”, entonces se les pidió que se casen con las hijas de los jefes de tribu, pero tampoco.

Este encuentro sexual-biológico y cultural de etnias diferentes, en el que estas se mezclaron, en pocos años dio nacimiento en América a nuevas etnias y nuevos fenotipos.

Mestizos, Cholos, Mulatos, Zambos, Castizos, Criollos y tantas combinaciones de quienes somos parte de la América mestiza.

Mientras Hernán Cortés conquistaba México, Francisco Pizarro hacía lo propio con el Perú, con ellos el oro y toda la historia de la Colonia, en medio del “mestizaje” incontenible, es decir el encuentro sexual entre los visitantes y los nativos, que en Hispanoamérica fue significativo, vibrante y definitivo.

Por esta razón me parecen arcaicos, retrogrados, nocivos, ridículos, fuera de tiempo y lugar los “indigenistas-extremos” y los “hispanos-puros”, que en el Ecuador intentan hacer presencia en nuestra américa latina mestiza.

 

Jorge Mora Varela