Me voy para Tulcán.
Son las fiestas de mi tierra,
retumban en el aire el sonar de los tambores,
que vivan los estudiantes, las chivas y las monjas,
los del Bolívar y el Vicente todos a marchar.
De manera religiosa como cada año,
se juntan alegres, apuestos, señoriales,
hombres, mujeres, niños todos de la mano,
es la caravana de cultura, que va a la capital.
Ausencia
Eduardo
Amadísimo hermano,
abonador generoso de mi pueblo,
enriquecedor de la vida, a través de la palabra,
libre creador del pensamiento noble y bondadoso.