¿PODREMOS ELEGIR A LOS MEJORES EN EL ECUADOR?

En el año 2017, en el Ecuador nos encontramos de cara a las elecciones generales en el “juego democrático”  donde los candidatos tienen la oportunidad de  “proponer a veces con acierto y a veces no” y  los electores tenemos la posibilidad de “de escuchar, ojalá meditar y decidir”.

 

¿PODREMOS ELEGIR A LOS MEJORES EN EL ECUADOR?

 

En los sufragios generales del año 2017, en el Ecuador elegiremos 143 dignidades, entre Presidenta/e Vicepresidenta/e, Parlamentarios Andinos y Asambleístas y para ello se han registrado 3.793 candidaturas ante el Consejo Nacional Electoral.

dignidades

Aunque sea evidente quiero remarcar que 3650, el 96,22%, de candidatos no serán elegidos.

Por lo tanto las campañas electorales deberían ser un esfuerzo estratégico, pensado, diseñado, planificado, organizado y llevado a efecto para influir de manera positiva en la decisión popular que tiene la potestad de elegir a quienes deberán presidir los destinos del país.

Como elector espero que la variedad de mensajes de las diferentes corrientes políticas tengan algunas características como:

 

Que sean expresados  de manera sencilla, que den respuesta a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos y que se puedan concretar en razón del alcance político de cada candidato.

Que tengan un compromiso colectivo y cívico que ayude al ciudadano a acercase al recinto electoral  y consigne su voto por que desea apoyar una propuesta clara, factible, saludable y pertinente, que supere la obligación legal  de hacerlo y lo comprometa para construir una democracia participativa.

Que sean aportes para la búsqueda del bien común y que como es obvio son muchos los que se sienten llamados a la función pública y pocos serán los elegidos, por ello espero que los ganadores puedan contar con un cúmulo de ideas validas de quienes hayan participado de la contienda, para que puedan hacer de la función pública una actividad honesta, inteligente y plural.

Así mismo como elector espero que los candidatos NO apelen a prácticas electoreras vacías, torpes y ridículas, que ensucian, prostituyen y desdibujan el quehacer democrático y que a la vez provocan indignación, vergüenza, risa o pena por la pobreza de sus expresiones que demuestran la falta de preparación académica, visión política o de futuro de algunos de los candidatos y que se evidencian en los mensajes demagógicos, paupérrimos, carentes de significado y por ello se viralizan en las redes sociales y esto provoca una pobre y maltrecha imágen del Ecuador en el mundo. 

 

Jorge Mora Varela