REFLEXIONES POR EL DÍA DE LA MUJER

REFLEXIONES POR EL DÍA DE LA MUJER

 

Daniela Mora Santacruz

 

Hay algo que nos está matando, que nos ha deshumanizado, nos ha desmembrado, nos está usando y pretende hacernos desaparecer, algo que se llama machismo.

Desde los aspectos más simples, cotidianos y que podrían llamarse “poco trascendentales”, hasta la violencia que se sufre en países como la Inda, donde una mujer está expuesta a  ser violada en los buses a plena luz de día; los comportamientos lascivos existen y los toleramos.

Es muy jodido salirse del sistema, pretendiendo que somos libres, cuando la libertad se fue al carajo el instante en el que médico dijo: “es una niña”, pues inmediatamente te conviertes en un proyecto social y a medida que vayas creciendo se te ira imponiendo medidas, modas, comportamientos, reacciones, temores y metas a cumplir. Donde se te asignará un defensor frente a tu debilidad, un valor por tu figura, una gratificación por tus modales y una bonificación por tus genitales.

Si prestamos atención, es muy fácil distinguir realidades que grafican lo dicho; desde lo que asumimos, pasando por lo que decimos y llegando a lo que vivimos. Día tras día nos enfrentamos a “micro-machismos” de los cuales ya ni nos quejamos. ¿Acaso un buen escote consigue más cosas que un buen argumento? Y aunque éste no sea una invitación a que se nos falte el respeto, hombres y mujeres hemos asumido que el vestir de una manera específica hace que se justifiquen barbaridades en nuestra contra.

Hoy, mientras tú lees esto, hay más de una mujer que está siendo asesinada, mutilada, golpeada, menospreciada, insultada, encerrada, violada, esclavizada, torturada por el solo hecho de haber nacido como tal y no cumplir con los mandatos que la sociedad nos impone.

Renunciemos a los estereotipos, no somos menos mujeres, ni nos merecemos malos tratos si: no sabemos cocinar, no nos queremos casar, no siempre estamos a la moda, no hacemos dieta, no queremos tener hijos, exigimos trabajar y ganar un salario justo, ni usamos maquillaje, ni tenemos el pelo largo o no nos queremos depilar.  

Me atrevo a proponer que la palabra mujer deje de ser sinónimo de todo lo bueno, puro, amoroso y noble, pues esto nos condena; que la palabra ‘mujer’ no sea sinónimo de nada; y que el comportamiento lo determinen las personas en esa condición sin ningún tipo de atadura social o mental. Me atrevo a proponer dejar de lado las consideraciones y menosprecios asumidos en virtud de la genitalidad. En el día de la mujer me atrevo a exigir menos flores y más igualdad; y  que ésta no parta del hecho de sexo, sino de la justicia que como seres humanos nos merecemos.